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El jardín de senderos bifurcados o la creación del sistema de las fórmulas de tratamiento en español

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Marta Pawłowska Uniwersytet Jagielloński w Krakowie

El jardín de senderos bifurcados o la creación del sistema de las fórmulas de tratamiento en español

Cada acto de comunicación se basa en dos pilares principales que son el locutor y el interlocutor. De ahí que en todas las lenguas sea imprescin­

dible la presencia de los deícticos que designen a estas figuras, es decir, a uno mismo y a los demás. Las posibilidades de auto- y heterodesignación difieren según el idioma. En general, el pronombre de la primera persona yo es el núcleo en torno al que se construyen las demás formas, dado que es el hablante quien interpreta la realidad (también a sí mismo y a otras personas) y quien mantiene las relaciones con los que lo rodean. Los sis­

temas de tratamiento de la mayoría de las lenguas europeas se dividen en dos grupos: se basan en las formas de la segunda persona (como el francés), o son más complejos recurriendo también a las formas de la tercera persona (como el español peninsular) [Araújo Carreira, 2003].

El modo de dirigirse al interlocutor no es sólo una cuestión lingüística, sino también social y psicológica. En el momento de producir un enun­

ciado, el hablante establece las relaciones con su interlocutor basándose en las reglas impuestas por la sociedad. De esta manera, el enunciado, aparte de la información transmitida, refleja el sistema social y la acti­

tud del hablante [Garrido Medina]. Podemos constatar que el uso de las fórmulas de tratamiento es una manera de codificar gramaticalmente la deixis social [Fernández Rodríguez, 2003]. Si definimos la competen­

cia sociolingüística como una capacidad de reconocer y de producir un

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236 Marta Pawlowska

discurso socialmente adecuado al contexto, es notable que la elección del tratamiento apropiado es algo imprescindible. Sin embargo, no es una capacidad que se adquiere fácilmente, ya que la elección del pronombre depende de muchos factores tales como: edad, sexo, formalidad de la situación, distanciamiento social y grado de la familiaridad entre los in­

terlocutores [Dewaele, 2003]. Cuando el hablante y el oyente jerarquizan estos factores de manera diferente, se puede llegar a los malentendidos.

Especialmente, cuando tenemos en cuenta que los mismos pronombres pueden tener un significado diferente en función del contexto.

Cada lengua, usando los recursos que posee, crea su propio sistema de fórmulas de tratamiento. Empero, en la mayoría de los idiomas europeos se pueden diferenciar las formas de cortesía y las de familiaridad. Brown y Gilman analizando este fenómeno definieron sus dos dimensiones.

La “semántica de poder” se caracteriza por el uso no recíproco de los pronombres. Se basa en tutear1 a los inferiores (en el poder o en la escala social), los cuales en respuesta utilizan las formas de cortesía. La “semán­

tica de solidaridad” consiste en el uso del pronombre recíproco entre las personas cercanas o iguales (también dirigiéndose a los desconocidos).

En las clases sociales bajas normalmente predominaba el tuteo, mientras que las clases sociales altas utilizaban los pronombres de cortesía (en este caso los interlocutores ocupaban la misma posición en la escala social, pero usando la forma cortés marcaban el distanciamiento y la relación formal).

Por ello, dependiendo del contexto, por ejemplo el tuteo puede interpretarse como una manera de expresar desprecio, cercanía o propuesta de intimi­

dad. A partir del siglo XIX, la “semántica de solidaridad” se extiende y el tuteo se generaliza en muchas lenguas (por ejemplo, en español) [Garrida Medina y Moreno, 2003].

En vistas a analizar la formación del sistema de tratamiento en español, hay que empezar con el latín. El latín clásico no poseía ninguna forma de respeto. La única manera de dirigirse al interlocutor era el uso del pronombre tu. Un ejemplo muy significativo de este fenómeno es la frase con la que los gladiadores (es decir, los representantes de la capa social más baja y des-

Nos referimos al tuteo porque miramos este fenómeno desde el punto de vista del español peninsular. Brown y Gilman llaman estas formas “T” refiriéndose al tu latino.

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El jardín de senderos bifurcados. 237

preciada) saludaron al emperador Claudio antes de una lucha: Ave caesar, morituri te salutant ‘Ave césar, los que van a morir te saludan [Swetoniusz, 1987: 218]. La situación cambió en el siglo IV cuando se empezó a usar el pronombre de la segunda persona del plural vos para dirigirse al emperador.

Se considera que la causa principal de este hecho fue la presencia de dos emperadores (uno en Roma y otro en Constantinopla). Este trato era simé­

trico, ya que el emperador hablaba de sí mismo utilizando la forma nos. Este tratamiento después se extendió a los representantes de las clases sociales altas porque la pluralidad es una de las más antiguas metáforas del poder [García Negroni y Ramírez Gelbes, 2003; Kapovic, 2007]. Dicho sistema lo heredaron todas las lenguas románicas salvo el rumano [Fernández Rodrí­

guez, 2003]. No obstante, evolucionó con el tiempo y en distintas lenguas dio resultados diferentes (basta mencionar el caso del español peninsular en el que no sobrevivió hasta los tiempos actuales).

En la Edad Media la creación del feudalismo propicia la popularización del uso de vos como forma de tratamiento. Con todo, el sistema todavía no se cristaliza y a veces el cambio de vos y tú puede constituir un recurso estilístico para expresar los matices de los sentimientos pasajeros en una situación particular. Como ejemplo, podemos analizar las cartas del papa Greogorio I, en las que tenemos una alternancia constante de tú y vos (incluso dirigiéndose a la misma persona en la misma carta). Este juego de formas obviamente era reservado para tratar a alguien inferior o de la misma posición social. Con el tiempo, el uso se hace más convencional y vos llega a ser la única forma de tratamiento de las clases altas, mientras que tú significa la familiaridad y además se usa entre los miembros de las clases bajas. Las reglas de feudalismo asimismo se reflejan en la literatura donde por ejemplo, en la poesía trobadoresca, casi exclusivamente se usa vos (aunque hay casos del uso de tú, pero es el tú enfático, dirigido a los superiores, cuya fuente es el tu del latín clásico) [Coffen, 2003].

En el español medieval se mantiene este sistema dual con la oposición tú y vos. Tú era el pronombre de la segunda persona del singular. Se usaba al dirigirse a los inferiores o para expresar la intimidad. Vos tenía dos funciones: expresaba la segunda persona del plural o la segunda persona del singular como tratamiento de respeto. Hay que señalar que vos iba siempre con los verbos en plural, pero si se refería al singular los comple­

mentos también iban en singular (por ejemplo, vos, sor Juana, sois docta).

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238 Marta Pdwlowskd

Este sistema no era muy estable y en la literatura de este período vemos muchas vacilaciones: el intercambio de vos y tú se va haciendo cada vez más frecuente. Algunos ejemplos de este fenómeno los encontramos ya en Cantar de mío Cid [Kapovic, 2007].

El hecho de que la misma forma tuviera el significado del singular y del plural (como en el caso de vos) produjo un cambio en el sistema. Dado que el plural normalmente está marcado por algún rasgo como la terminación (por ejemplo, ellas frente a ella) las formas nos y vos se asociaban más con el singular (además, estos pronombres son monosílabos como las demás formas singulares). Por ello, en el siglo XIV se les añadió el adjetivo otrosí-as (que lleva la marca de plural y de género) y este sintagma se gramaticalizó.

De esta manera se creó un nuevo pronombre de la segunda persona del plural que ya no expresaba el respeto, sino la intimidad [Luquet, 2003].

La referencia al plural hace que la persona tratada de vos simbólica­

mente engrandezca. Cuando vos pierde su significado de plural, igual­

mente pierde su valor de respeto y llega a ser un simple equivalente de tú [Luquet, 2003]. A fin de completar el sistema de tratamiento, el idioma busca otros resursos para expresar la cortesía. En el siglo XV aparecen las estructuras vuestra merced, vuestra señoría, vuestra reverencia que se basan en el paradigma de vos (el uso de vuestra) pero van con el verbo en la tercera persona. La más usada de ellas fue la forma vuestra merced.

Según Menéndez Pidal

“la costumbre de, al dirigir la palabra a una persona, invocar su favor, antepo­

niendo el sustantivo ‘merced’, está tan extendida en El Cid que es la fórmula ordinaria del saludo; frases como [...] somos en vuestra merced 1760, 2087, preparan ya el uso de la tercera persona de cortesía en vez de la segunda [...]”

[citado por: De Jonge, 2005].

La estructura se gramaticaliza muy rápidamente en usted que aparece por primera vez en el año 1620 [De Jonge, 2005]. Se crea también la forma plural de respeto: ustedes [Luquet, 2003].

La extensión de vuestra merced coincide con la decadencia de vos y su caída en desuso. En una carta de Hurtado de Mendoza de 1579 podemos leer: “El secretario Antonio de Eraso llamó de vos a Gutierre López, estando en el Consejo, y por esto se acuchillaron” [citado por: Fernández Rodríguez,

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El jardín de senderos bifurcados... 239

2003]. Vos empezó a aparecer en los mismos contextos que tú. Si tenemos dos sinónimos exactos uno tiene que desaparecer o especializarse. En la Península vos dejó de funcionar. En el diccionario de la RAE del año 1739 leemos que vos es

“pronombre, lo mismo que Vosotros. Se usa también hablando con personas de gran Dignidad, como tratamiento de respeto. Se usa asimismo como tra­

tamiento que dan los superiores a los inferiores” [Rae, 1739].

La definición cambia a mediados del siglo XIX, en el 1869 es la siguiente:

“Vos pl. Com. Vosotros y vosotras. Fue muy usado como tratamiento y lo es todavía en el lenguaje poético y aun en prosa de elevado estilo o cuando se dirige la palabra a principes u otras encumbradas personas, pero tratándose de una sola, aunque este pronombre pide siempre el verbo en plural, concuerda en singular con el adjetivo que se le aplica” [Rae, 1869].

La definición del 1884 añade:

“Este modo de hablar que tuvo uso general en lo antiguo, emplease hoy todavía para dirigir la palabra a Dios y los santos o a personas de mucha autoridad, y también en ciertos documentos oficiales, como asimismo en la poesía y la prosa elevada” [Rae, 1884].

Actualmente, en el español peninsular el uso de vos es muy restringido.

El voseo reverencial

“Consiste en el uso de vos para dirigirse con especial reverencia a la segunda persona gramatical, tanto del singular como del plural. Esta fórmula de tra­

tamiento de tono elevado, común en épocas pasadas, solo se emplea hoy con algunos grados y títulos, en actos solemnes, o en textos literarios que reflejan el lenguaje de otras épocas. Vos es la forma de sujeto (vos decís) y de término de preposición (a vos digo), mientras que os es la forma de complemento di­

recto (os vi) y de complemento indirecto sin preposición (os digo). El verbo va siempre en segunda persona del plural, aunque nos dirijamos a un solo inter­

locutor: «Han luchado, añadió dirigiéndose a Tarradellas, [...]por mantenerse fieles a las instituciones que vos representáis» (GaCandau Madrid-Barfa [Esp.

1996]). Como posesivo se emplea la forma vuestro: Admiro vuestra valentía, señora. Los adjetivos referidos a la persona o personas a quienes nos dirigimos

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240 Marta Pawlowska

han de establecer la concordancia correspondiente en género y número: Vos, don Pedro, sois caritativo; Vos, bellas damas, sois ingeniosas" [Rae, 2005].

Se puede observar cómo cambiaba la situación lingüística en la Pe­

nínsula, analizando los datos del corpus electrónico CORDE de la RAE.

Hemos intentado averiguar cuántas veces aparecen las formas vos, tú, vosotros, vuestra merced, vuested, vusted y usted en los documentos ac­

cesibles en dicho corpus, mirando los resultados desde el punto de vista cronológico. Cabe destacar que la forma vosotros data ya del siglo XIII y a partir de este momento va ganando popularidad, lo que influye en su gramaticalización muy rápida. También la forma usted se gramaticaliza con rapidez, mientras que otras formas procedentes del sintagma vuestra merced (hemos elegido dos de ellas, es decir vuested y vusted) no tienen tanto éxito. Además, podemos constatar que en el siglo XVIII la forma vos se sustituye casi exclusivamente por otras formas de tratamiento y cae en desuso (véase la tabla 1).

vos

VOS otros/

as

vos otros/

as

tú vuestra

merced vuested vusted usted

XII 600 0 0 7 2 0 0 0

XIII 8906 11 81 1832 14 0 0 0

XIV 19507 242 304 877 26 0 0 0

XV 46855 355 2885 4523 356 0 0 0

XVI 36457 52 5657 15606 3944 0 1 8

XVII 12377 3 1813 9370 1486 27 58 244

XVIII 1510 0 580 2279 602 0 0 2627

XIX 4399 0 2335 11614 79 0 0 36295

XX 1956 1 5964 17000 68 1 1 35425

Tabla 1 El número de apariencias de algunas fórmulas de tratamiento en los documentos españoles accesibles en el CORDE de la RAE.

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El jardín de senderos bifurcados.. 241

Diagrama 1 Representación gráfica de la tabla 1.

Ya que los conquistadores llegan al Nuevo Mundo en el momento del cambio del sistema de tratamiento, en América Latina las formas se desarrollaron de la manera diferente. La elección entre tú y vos como el pronombre del trato familar no era unívoca y mientras que en España sobrevivió tú, en gran parte de América con el mismo valor se usa vos.

Otra diferencia visible es la ausencia de la forma vosotros en toda la Amé­

rica hispanohablante (este fenómeno se puede observar también en una parte de Andalucía y en las Canarias). La única manera para marcar el plural (sin diferenciar si es de respeto o de familiaridad) es mediante la forma ustedes. Si en el español americano se usa vosotros, su significado es opuesto al peninsular porque tiene el valor de gran solemnidad [Fernández Rodríguez, 2003]. Según algunos investigadores, vosotros se conservó en España porque hasta el siglo XIX vos no desapareció totalmente del sis­

tema guardando el significado de su pluralidad interna. Por otro lado, en América esta noción de pluralidad se rechazó cuando vos sustituyó a tú y por ello la forma que morfológicamente se basaba en vos no se asociaba tanto con el plural [Luquet, 2003].

Como ya se ha indicado, el voseo americano es el uso de la forma vos para dirigirse al interlocutor. Los únicos países latinos donde se usa sola­

mente la forma tú son Puerto Rico y Santo Domingo. En todos los demás hay al menos una zona de voseo (no obstante, a veces es muy pequeña y geográfica o socialmente limitada) [Fernández Rodríguez, 2003]. Este fenómeno está relacionado con la historia de las colonias españolas. Las

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regiones que siguieron la tendencia castellana y son casi exclusivamente tuteantes mantenían las relaciones más estrechas con la metrópoli. Se trata de los antiguos virreinatos de México y Perú que eran los centros administrativos y culturales, donde se fundaron las primeras universi­

dades y hasta donde llegaba la influencia de la RAE. Tampoco se pueden olvidar las Antillas que fueron las últimas en ganar la independencia (en 1898). Además, constituían una parada obligatoria para todos los buques españoles que llegaban al Nuevo Mundo. La influencia hispana se ejercía allí también a través de la Universidad de Santo Domingo que se fundó bastante temprano [Penny, 2006: 38-42; Kapovic, 2007]. Los territorios más periféricos se caracterizan por mayor uso de vos. Para explicar este voseo algunos investigadores optan por la teoría de la hidalguización. Los conquistadores siendo representantes de las clases bajas de la sociedad querían imitar las costumbres lingüísticas de los nobles (como ya hemos dicho, en las clases altas, la forma de tratamianto “de solidaridad” es nor­

malmente la de cortesía) y por lo tanto se trataban de vos [Sonneland], Como consecuencia, en América Latina se pueden distinguir las zonas de tuteo, voseo y los territorios de la coexistencia de dichos fenómenos.

Como ya hemos mencionado, el uso de tú prevalece en México, Perú, las Antillas, Venezuela y en la costa atlántica de Colombia. La coexistencia de tú y vos es el caso de Bolivia, el sur y el norte de Perú, Ecuador, parte de Venezuela (los territorios andinos y el estado de Zulia), Colombia, Panamá, la franja oriental de Cuba, Chile, América Central y los estados mexicanos de Tabasco y Chiapas. Los países de la dominación del voseo son Argen­

tina, Uruguay y Paraguay [Rae, 2005]. El análisis de los datos que hemos obtenido en el corpus electrónico CREA de la Real Academia Española confirma esta división georáfica. En dicho corpus hemos encontrado el número de apariencias de los pronombres tú y vos por países en todo tipo de documentos accesibles (véase el diagrama 2).

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El idrdín de senderos bifurcados... 243

Diagrama 2: El porcentaje de apariencias de los pronombres tú y vos en el Corpus electrónico CREA.2

Hay dos tipos de voseo: pronominal y verbal. El primero afecta sola­

mente a las formas de los pronombres y consiste en el uso de vos en vez de tú y ti. Con todo, tanto los pronombres de COD y COI te como los posesivos tu y tuyo son prestados de tuteo (cabe mencionar que en el voseo reverencial peninsular, todas las formas de pronombres son voseantes). El voseo verbal es el uso de la forma conjugada de la segunda persona del plural (con algunas modificaciones) para la segunda persona del singular.

Hay algunos paradigmas de la conjugación que varían según los factores geográficos y sociales (sin embargo, no todas las formas se aceptan como correctas). Al hacer la clasificacción del voseo hay que tener en cuenta dos criterios: si la forma del verbo proviene de la segunda persona del singular o del plural y si se conserva el diptongo o desaparece la semivocal (es el caso

El 100% es la suma de las apariencias de los pronombres tú y vos en todos los documentos accesibles en dicho Corpus para cada país. Hay que tener en cuenta que en los resultados vos puede aparecer como el equivalente tanto de tú como de ti y que en español el uso del pronombre sujeto no es obligatorio y muchas veces se lo omite. Además, los documentos en cuestión muestran una gran variedad dialectal que no se puede representar.

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244 Marta Pawłowska

de la primera y segunda conjugación). Basándose en estos criterios José Pedro Roña describió cuatro tipos de voseo con las siguientes desinencias:

-áis, -éis, -ís, (cantáis, coméis, vivís) -áis, -ís, ís, (cantáis, comís, vivís)

-ás, -és, -ís (cantas, comes, vivís - lo más frecuente) -as, -es, -is, (cantas, comes, vives - formas del tuteo)

En realidad hay más variantes si analizamos también las formas del presente de subjuntivo, indefinido o futuro simple. Son también interesan­

tes las formas del verbo haber, es decir, has, habés, habís (cabe mencionar que en estos casos la forma del haber influye en la formación del futuro simple). La forma habés es atestiguada en la litaeratura española y aparece principalmente en el siglo XVI (véase la tabla 2). Las diferencias desinen- ciales tienen su origen en el cambio fonético que sufrieron las formas de la segunda persona del plural a mediados del siglo XV. Cuando cayó la -d- intervocálica (cuyo antecedente era la -t- latina de la terminación -tis) se creó una serie de formas de las que derivan las variantes del voseo actual.

Por ejemplo: sodes>soes>sos y sois, debedes>debees> debes y debéis etc. Al principio este cambio afectó a los verbos de la segunda conjugación con la terminación -edes. La presencia de los dos es en hiato provocó asimilación (-és), o disimilación (-éis). Por analogía, el mismo proceso ocurrió en la primera conjugación (porque en la tercera el cambio disimilado —íis no era posible) [Lipski, 1996: 27-28; Kapovic, 2007; Penny 2006: 189-190].

Analizando los datos del corpus electrónico CORDE, se puede llegar a la conclusión de que en España las formas con la terminación -ás aparecieron más tarde y fueron mucho menos comunes que éstas con la terminación -és (véase los diagramas 3,4 y 5).

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El jardín de senderos bifurcados. 245

Autor Obra Año

Número de apa­

riencias

Pero Díaz de Toledo

Diálogo é razonamiento en la muerte del marqués de Santillana

1458 1

Fernando de Rojas La Celestina. Tragicomedia de Calisto y Melibea

c 1499 - 1502 11

Fray Ambrosio Montesino Cancionero 1508 2

Francisco Delicado La Lozana Andaluza 1528 4

Juan de Boscán Traducción de El cortesano de

Baltasar de Castiglione 1534 3 Gonzalo Fernández de

Oviedo

Historia general y natural de las Indias

1535 -1557 29

Jaime de Huete Comedia Vidriana 1535 2

Lope de Vega Las Batuecas del Duque de

Alba c 1600 1

Tirso de Molina Versos de Mari-Hernádez la

gallega 1627 1

Bartolomé José Gallardo El criticón. Número Octavo. a 1852 1 Ramón María del

Valle-Inclán Tirano Banderas 1927 7

xii xm xiv xv xvi xvii xvai »x xx

Diagrama 3 El porcentaje de apariencias de las formas de la 2 pers. de plural del verbo poder según el CORDE.

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246 Marta Pawlowska

XII XIII MV XV XVI XVI XVII XIX XX

Diagrama 4 El porcentaje de apariencias de las formas de la 2 pers. de plural del verbo tener según el CORDE.

Diagrama 5 El porcentaje de apariencias de las formas de la 2 pers. de plural del verbo matar según el CORDE.

En la región de Río de la Plata (Argentina, Uruguay, Paraguay) el uso de vos predomina entre todos los grupos sociales y se acepta en todos los contextos. El caso más frecuente es el llamado voseo completo (la mezcla del tipo pronominal con el verbal). No obstante, en Montevideo suele usarse el pronombre tú en vez de vos. El paradigma de la flexión verbal

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El jardín de senderos bifurcados. 247

es la forma de la segunda persona de plural sin diptongo (el tipo c de la clasificación de Roña). El voseo afecta sólo al presente de indicativo y al imperativo. Los demás tiempos coinciden en sus formas con el tuteo. Sin embargo, existen variantes voseantes del pretérito indefinido y presente de subjuntivo, pero no se aceptan como correctas [Lipski, 1996:160,194].

Estas formas del presente de subjuntivo, si poseen el valor de imperativo negativo, no equivalen a la versión tuteante porque tienen un matiz más tajante y categórico [García Negroni y Ramírez Gelbes, 2003].

En Chile, el sistema de tratamiento es tripartito y consta de vos, tú y us­

ted. Las formas voseantes informan de la intimidad y confianza, mientras que tú tiene un matiz más formal y oficial. El voseo chileno afecta a todos los tiempos y su rasgo característico es la desinencia -ís (con la -s aspi­

rada). Suelen usarse sólo las formas verbales porque el pronombre vos se considera vulgar (véase el diagrama 2) [Lipski, 1996: 224-226].

En Bolivia, en las grandes ciudades el voseo coexiste con el tuteo, pero predominan las formas verbales del tuteo. Por otro lado, todo el Llano Boliviano está dominado por el voseo rioplatense que goza del prestigio regional. Al sur del país se pueden encontrar las formas voseantes con el diptongo [Lipski, 1996: 213].

En América ecuatorial predomina el tuteo, aunque en Ecuador, Vene­

zuela y Colombia hay regiones del voseo. En la costa de Ecuador es el voseo rioplatense, mientras que en Venezuela y Colombia aparecen las formas diptongadas. Es curioso que en Huánuco, Perú, se haya atestiguado el uso arcaico del vos reverencial como una sustitución de usted [Kapovic, 2007].

En el territorio colombiano se observa una gran extensión del pronombre usted que puede expresar la máxima intimidad (se usa por ejemplo entre esposos o novios), solidaridad y confianza, enfado, distanciamiento o re­

probación para los inferiores. Es decir, usted ocupa dos extremos del eje de intimidad en cuyo medio se encuentra tú [Bartens, 2003].

En América Central el sistema también es tripartito: vos para la confian­

za e intimidad, tú para la familiaridad, pero sin la marca de confianza y usted como el trato formal y de respeto. En Costa Rica en la lengua hablada tú no está bien visto porque suena pedantesco y cursi, pero en la lengua escrita es la única forma usada. Es curioso que en las escuelas centroamericanas se enseñen las formas tú y vosotros que casi no se oyen en la lengua hablada.

El caso es mucho más complicado si tenemos en cuenta la presencia del

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248 Marta Pawłowska

ustedeo de intimidad (parecido al colombiano) en Honduras, Costa Rica y Nicaragua. En Guatemala los hombres son más voseantes porque el uso de tú se asocia con la feminidad y homosexualidad, mientras que las mujeres que usan el pronombre vos son consideradas como vulgares. Es extraño que las parejas se voseen, pero en la presencia de otros las mujeres pasen al uso de tú [Kapovic, 2007; Fernández Rodríguez, 2003].

En las Antillas, precisamente en Cuba existe un relicto del voseo. Este enclave es la franja de la costa oriental entre Camagüey, Contramaestre y Baire. Este voseo se puede llamar arcaico porque conserva el diptongo no sólo en las formas del presente de indicativo, sino también en el futuro sim­

ple. Además, todas las formas pronominales son originariamente voseantes, también los pronombres de COD y COI (os) y los posesivos (vuestro). El uso de vos caracteriza a la gente inculta [Lipski, 1996: 258; Kapovic, 2007].

Según la época, la clase social y el país, la posición y aceptación del voseo era diferente. Actualmente, aunque la forma vos se utiliza en más de la mitad de la América hispanohablante, sólo en Argentina este fenó­

meno goza del prestigio y forma parte del lenguaje estándar en todos sus registros y variantes, tanto orales, como escritos (incluso en la literatura).

En 1982 fue aceptado como legítimo por la Acedemia Argentina de Letras.

La posición tan fuerte del voseo argentino tiene sus raíces en la historia de este país. En el siglo XIX el uso de esta forma fue la muestra de la indepen­

dencia lingüística de la nación argentina y de sus tendencias separatistas.

Argentina logró la independencia en 1810 y desde este momento quiso romper los enlaces con la antigua metrópoli y crear su propia identidad (aquellos fueron los objetivos de Sarmiento). Aunque los porteños cultos en general usaban la forma tú (mezclando los paradigmas verbales), durante la dictadura de Rosas cambiaron sus costumbres lingüísticas a favor de vos para marcar la ruptura con la monarquía española. Aquellas tendencias las apoyó el gran desarrollo de la poesía y literatura gauchesca que reflejaba la lengua popular que era voseante. El gaucho llegó a ser el símbolo de la argentinidad y su lengua se consideró la lengua nacional [Sonneland].

El caso de Argentina es excepcional porque normalmente el voseo fue desprestigiado por los lingüistas. Por ejemplo Cuervo lo llama “repugnan­

te” y dice que es “un menjurge que encalabrina los sesos”. Según Arturo Capdevila es “sucio mal, negra cosa, horrendo voseo”. Menéndez Pidal se refería al "degradado y degradante voseo” y Américo Castro al “síntoma

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El jardín de senderos bifurcados.. 249

de desequilibrio y perversión colectiva” [citado por: Fernández Rodríguez, 2003]. Incluso en dos ediciones del Diccionario de la RAE leemos que “en varias partes de América se conserva en el habla vulgar pero mezclado con el tratamiento de tú” [Rae, 1927,1950]. Si tenemos en cuenta estas opinio­

nes ya no nos sorprende que los mismos voseantes muestren una actitud ambigua frente a este fenómeno. Los usuarios de la forma vos muchas veces no están seguros si es correcta y la perciben como un rasgo característico de la gente de poca cultura y de baja posición social. Es paradójico que por ejemplo en América Central se enseñe la forma tú, aunque los profesores no corrigen a los alumnos que utilizan el pronombre vos y ellos mismos hablan de esta manera [Lipski, 1996: 160-161].

En Nicaragua, después de la revolución sandinista el voseo empezó a gozar del mayor prestigio, dado que las autoridades lo promovieron en las situaciones oficiales y en los medios de comunicación para crear un ambiente de igualdad y solidaridad. Este proceso dura hasta hoy en día y en Nicaragua la presencia de la forma vos es visible [Lipski, 1996: 160-161].

En Chile la lucha de los lingüistas contra el voseo fue muy agresiva, pero el fenómeno sobrevivió. Sin embargo, su variante chilena es muy característica por la ausencia del mismo pronombre vos que se considera vulgar. Se lo puede llamar cripto-voseo (en el diagrama 2, tenemos una prueba que apoya esta constatación) [Lipski, 1996: 161, 224-225].

En los últimos años la imagen del voseo ha cambiado gracias a la popularidad y gran difusión de las telenovelas y canciones argentinas.

Tampoco se puede olvidar de los escritores que usaban esta forma, entre otros Miguel Angel Asturias, Jorge Luís Borges, Julio Cortázar o Ernesto Sábato y de esta manera ampliaron su prestigio. Gracias a estos fenómenos el voseo va ganado el respeto y la aceptación social.

Para concluir, es notable que no se pueda hablar de un sistema de las fórmulas de tratamiento en español. Este hecho no debe sorprender, si tenemos en cuenta que en este punto la lengua refleja las relaciones sociales e interpersonales que en realidad no se pueden definir con el uso de una sola palabra. La verdad es que cada uno crea su propio sistema de trata­

miento cuyos matices no necesariamente tienen que responder al sistem general. Gracias a esto, el idioma empieza a ser un verdadero transmisor de sentimientos. El sistema es complicado porque las relaciones entre la gente son complicadas. Es una pena que seamos testigos de la simplificación

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250 Marta Pawłowska

de las fórmulas de tratamiento con la popularización de la semántica de solidaridad. Se puede decir que volvemos al punto de partida, ya que en latín existía sólo la forma tú. No obstante, será un empobrecimiento de la lengua y como consecuencia un empobrecimiento de los enlaces personales y sociales. Damaso Alonso tenía razón cuando escribió:

“Ese usted que retrocede es casi la vida de uno. Y nos sentimos incómodos en el nuevo tú, con sensación de máscara. ¡Qué suave era el usted, qué sin­

cero, cuántos matices permitía! La amistad, el tú, se ganaban, se construían lentamente. El tú entonces era un verdadero tú: para Dios, para nuestra familia, para la sabrosa y sedimentada intimidad. La lengua es un sistema inestable: cada cambio en un punto tiene su inmediata reacción en otro. Y el hundimiento del usted ha traído consigo la profanación del tú" [citado por:

Fernández Rodríguez, 2003].

Esperemos que en español el sistema de fórmulas de tratamiento que se formó durante siglos y cuyas variantes son tan diversas, no se simplifique tan fácilmente, ya que es un fenómeno que refleja la riqueza de la lengua castellana y la historia y cultura de muchos países hispanohablantes.

Streszczenie

Forma językowa używana przy zwrocie do adresata zawiera wiele informacji pozajęzykowych (m.in. o kontekście, wzajemnych relacjach między rozmówcami, panujących stosunkach społecznych). Każdy język za pomocą dostępnych mu środków tworzy własny system form zwracania się do interlokutora. Podstawowy podział wprowadzony przez Browna i Gilmana zakłada, że w większości języków mamy do czynienia z formami stosowanymi w sytuacji symetrycznej (rozmówcy są sobie równi) albo asymetrycznej (jedna z osób zajmuje wyższą pozycję niż druga). Do wyrażenie tych zależności języki europejskie najczęściej posługują się formami 2 os. l.p. oraz 2 os. l.m lub 3 os. l.p. W hiszpańskim sytuacja jest bardziej skomplikowana, ponieważ mając na uwadze ogromne zróżnicowanie terytorialne kastylijskiego, nie możemy mówić o jednym systemie, ale o wielu systemach. Powyższy referat ma na celu przybliżenie historii ewolucji form zwrotu do adresata w hiszpańskim na Półwyspie Iberyjskim (pochodzący z łaciny podział na tú i vos, pojawienie się form vosostros i usted, degradacja i stopniowy zanik vos) oraz w Ameryce Południowej (podział na strefy voseo i tuteo, historia voseo i jego odmiany, zjawisko ustedeo).

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