De Holanda: Cronicas

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DE HOLANDA :

CRONICAS

Dra. Marta Guzmán Pascual

Or. Rolando Alvarez Estévez

Bibliotheek TU Delft 1111111111111111111111111111111111 C 0003S13907

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Estas crónicas escritas por los

doctores en ciencias Marta Guzman Pascual y Rolando Alvarez Estévez, de Cuba, durante

su estancia en Holanda (1991-1995).

Los autores han mostrado una gran dedicación al estudio de Holanda y al desarrollo de los

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INDICE

1. HOLANDA.

2. AMSTERDAM. MAJESTUOSA, RETADORA.

3. MOLINOS ANTIGUOS.

4. HOLANDA Y LOS TULIPANES. 5. EL 30 ABRIL EN HOLANDA. 6. ENCUENTRO CON UN AMIGO.

7. AL ENCUENTRO DEL PADRE DE LA PATRIA DE HOLANDA. 8. LA LABORIOSA Y ACTIVA ROTTERDAM.

9. UNA VISITA INOLVIDABLE. 10. OTONO EN LA HA Y A. 11. INICIO DEL ANO 1995.

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De Holanda : Crónicas

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Holanda

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HOLANDA

EI prestigioso poeta holandés Hendrik Marsman escribi6:

"Pensando en Holanda veo correr anchos rlos

a través de su infinita lIanura".

De ninguna manera puede entenderse ello 5610 como un simple verso. Esta es, en pocas I(neas, la verdadera reflexi6n de su pars; de c6mo es desde su formaci6n cual naci6n y desde mucho antes. Y también c6mo hoy continua siendo, desde el punto de vista de su topograffa, y su peculiar geograf(a.

Holanda es un nombre que para muchos no era el originario, y sf, HOUTLAND (pafs de la madera), definido por sus extensos bosques. Con sus 16 000 millas cuadradas, está situado al borde del Mar del Norte y en la desembocadura de tres grandes rfos (Rhin, Mosa y

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Escalda). Este es un territorio cuyo surgimiento se ofrece inseparablemente vinculado con el agua.

Canales, lagos y rfos, cruzan por· tod a Holanda. Todos, además, son importantes vfas para la transportaci6n. 5iendo un pafs con una de las más ricas experiencias frente a su enemigo peren ne - el mar -, cad a implacable arremetida de éste, como reclamando 10 que Ie pertenece de antano, 0 sea, mil:es deCHèctáreas de suelo fructffero, ha sido enfrentada con inteligencia y sabidurfa. As! fue la obra de la represa contra temporales en el Escalda Oriental, integrada por 65 pilares de horfilÎ'j;g0~, ëntre~ ,10'5 .cl!.lä'lès\ ,sebhalla-h f6·2J' cor:n1:>Qe'r:t-as1 d'e acero y que fuera inaugurada en 1986.

5610 por ello es explicable ese batallar viç;tQrig:i,Q:.ql;,!.evfilp 'Qa~€jetenido

el desarrollo de la naci6n holand~~~"" ep'l\ ~t~~ila '!ilP'd~tr~~l na.~ {cola y cientffica.

v~l" . 91C{' io:'! nu 0rfH" alo;: .de ~J?18brl.i1qq ~;b"'i.i 6'''; "0t'f1 f. r Lg/'] !I "IC! .f ,0!J:;upê ~~r,ç(,rrê"Pf!OE(A~;?,lJI~3~erri,todg bajC?i je! rP.J~.~1t d.;;eL:m~r n~ ~llóndH~~1

Im~s_{~;;;j\. l'.~)}",~igni_.. ,ficaj:ivp efn)· cual]to"fI· in.fefti,or ('~,' .silt\-!ad,q" FmIJa~ p ,o),(ilJl). tdad,es

f .~J fJ..J crl ~ tJ I ovwoS1 "( ... i .• Jr... d..l.J .... i " ' .... ,Jdr ~ H.T_ I. '-- .:1 t...-"". .... ,ge, ~ot3erdêlJ1,~~.a6J?; 7, 31!lE(J,r;,?S,~ ~Q.I~YJqê \~ (l~, eêf9jt!<;1~'y .Y.é\l'm.y.r:'lt~

constituye una extensa e ilimitada lIanura c~,:,fJ ;~llQrR:,U 19ih~~~ all:Q, conocido por Vaalserberg, a 321 metros.

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Holanda, con 15,4 millones de habitantes, en 1994, es uno de los pafses más densamente poblados del mundo. Tiene 371 habitantes

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"( ..

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AMSTERDAM.MAJESTUOSA,RETADORA

Si Cuba está constituida por más de 1 200 cayos eislas, Amsterdam semeja una interesante porción insular que sobrepasa el millar de puentes, los que a su vez interconectan su territorio dividido en islas.

Tuvimos la oportunidad de hacer varios viajes a través de los canales existentes, sobre todo del Herengracht (de los caballeros), del Keizersgracht (del emperador) y del Prinsengracht (de los prfncipes).

Todos estos puentes fueron construidos en el siglo XVII, cuando las orillas del rio Amstel, al cual Amsterdam debe su nombre, dieron paso al surgimiento de una importante ciudad, en alios que se identificaron con la edad de oro para los comerciantes holandeses y

10 que compulsó a un vertiginoso desarrollo de dicha ciudad.

En esos paseos resulta lIamativo ver aambos lados de los diferentes canales más de dos mil casas flotantes que en invierno, cuando cada uno de aquéllos se transforma en pista de patinaje, se fijan al hielo,

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Amsterdam, Majestuosa, Retadora

eliminandolos vaivenes que en tiempos normales provocan las embarcaciones que pasan junta a cada casa 0 barco habitado.

Por si ello fuera poco, otros aspectos se conjugan en la belleza y

bullicio de Amsterdam. EI museo-casa de la niiia Ana Frank, mártir de ,Ia ocupación nazi-fascista, el museo "Vincent van Gogh", el puente de. hierro "Magere Brug" (puente delgado)' el atractivo y colorido mercado de flores que responde al nombre de Singelgracht, y a su lado, como custodio permanente, la Torre de la Moneda, construida en el pasado para la protección de la ciudad y utilizado posteriormente como edificio receptor del dinero acuiiado. Por si ello fuera poco, infinidad de viviendas y edificios publicos atesoran una hermosa historia individual. Sobre todo, los más antiguos muestran los elementos más variados de tipo barroco.

Amsterdam luce, a los ojos de quiene la recorren, como vencedora de todos los tiempos. Tempranamente conocida en el mundo, cuando los holandeses se lanzaron a los mares y océanos convirtiéndose por sus hazaiias en potencia europea. Especialmente cuando lIegaron a constituir sus centros comerciales en las Indias Orientales y en las Indias Occidentales, con sus puntos principales en Amsterdam, la capital del pars, y otrora centro para las transacciones financieras y

de todo tipo. Avanzado el siglo XVII, Amsterdam era considerada una de las ,plazas más importantes en 'Ia refinación de aZIJcar en el norte

~e Europa. De esa ciudad holandesa, y por entonces, Cuba importó, en determinados momentos, cueros de res y azucar.

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De Holanda : Crónicas

En rTlIJltiplesl fachadas ·de las edificaciones de Amsterdam aparecen, coma expresàndo su ( desaffo a los .arios, ,las' fechas . de sus construcciones. Asr se pueden observar construcciones del siglo XVII, .habitadas hoy 0 convertidas en comercios diversos omuseos. 1 '.

Ninguna ciudad holandesa sintetiza la vida ' nocturna coma

Amsterdam' ya' 'que su vida se intensifica en horas ,de ,Ia noche, .mientras en el resto de las ciudades del pars la tendencia es, al caer

las sombras, hacia la quietud y el recogimiento.

En Moras del dra, el aspecto seriorial de Amsterdam se aprecia en el ir y'veni:r de .. personas por sus estrechas y curiosas calles .

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Agradable a la vista es el Palacio Real, en la Plaza del Dam, doride diaramente cientos de palomas, de sólida figura y plumaje gris-I!:Ha!"co,'" al; paracer domesticadas,' revoletean comiendo en 'las manos de cualquier"persona que les brinda alguna que otra migaja de pan.

t' L "IC) ~ . I ~ .'

,Ese bello palacio de espaciosos salones, donde imperan el mármol 'gris, y las impresionantes lámparas y obras escultóricas, siempre

rresulta iimpactante visitarlo.' , l . )

'Ubicado' en la menC'Îonada p'laza, .Idieho palacio fue terminado -de construirl'en '1665, coma sede del Ayuntamiento de ,Amsterdam, debido' al' la impo'rtancia adquirida ~por ésta en el 'comércio internacional.

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Amsterdam, Majestuosa,."Retadora

Esta es una construcci6n que descansa sobre

13,699

pilares debido al tipo de suelo blando que 10 soporta. Pero, esta historia lejana tiene su continuaci6n en el siglo presente cuando, frente a dicha plaza, encontramos el monumento nacional al sufrimiento del pueblo holandés ocasionado por la ocupación alemana entre 1 940 y 1 945. Esa inmortal obra, realizada por el escultor John Raediker, se develó

en

1956.

AIH, cada cuatro de mavo, una gran afluencia de publico, y en primer lugar los veteranos de la lucha contra esa ocupación y personas que

vivie~Qn aquellos horrores, , guardansilElncio ,en' re€ordación aê! Ids

,,€afc;lGs, " ' i ~.~. '{.i.: ... ~ J~ i' \I{.

1.1'

En ese,conjun.to se entremezclan la arquitectura pasada y la ,presente

y no se puede obviar la que corresponde ,a la"iglesi.a',Nuevé;! (Nieuwe Kerk), lugar en que la Reina Beatriz hizo el,juramentode rigor €i.wando se produjo su ascenso al trono de Holanda.

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Amsterdam muestra ... al mundo, además" un . gran c'mo~aico I de

inmigraciones procedentes de las diferentes, latitlJdes. ,E,s),algo. Jlasf com,G:, si ,cadai, pats tuviera el ,dere€ho ar. tener una,.r-epresentaaión,

compa~tiendo" una ef~rvescel7lte '8ctividad · cultural 'y cjentJfj,Ga,

económica y financiera, ,que.,acontece en,una Iciuda(ihque~:.;eJil

,,

1994

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MOLINOS ANTIGUOS

Una soleada mariana de primavera acudimos a cumplimentar una invitación sui géneris de las autoridades holandesas: se trataba de una visita a Kinderdijk, muy próximo a la ciudad de Dordrecht, en la parte merdional de Holanda, donde se hallan 19 molinosde viento, intactos, que datan del ario 1740 y aLm funcionan sacando agua de uno de los pólders más antiguos del pais.

Se calcula que en Holanda existen unos mil molinos no modernos, la mayor parte de viento y en la región mencionada. lodos fueron construIdos para hacer funciones especlficas. Sin embargo, los molinos de agua, enclavados en las provincias del este y del sur, no pasan de 40 y se encuentran en lugares donde el caudal del Ilquido permite que sus ruedas dentadas se muevan.

EI paisaje de Kinderdijk nos ofreció la sensación de encontrarnos en el medioevo. EI viento, su benefactor principal gracias al cual las gigantes aspas de 29 metros de largo giran semejando cierta

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Molinos Antiguos

dificultad, como si fuera el esfuerzo por levantar una pesada carga, baHa en dirección norte-sur regulando a su vez el nivel de las aguas del pólder en medio del cual se hallan los molinos.

A su alrededor , decenas de vacas lecheras pasta ban, mientras que en las cercanfas se concentraba una crfa caballar, con un manto de ovejas, en franca convivencia.

Alrededor de los molinos, además de sus historias, surgen muy bellas tradiciones. Por ejemplo, las bodas de los molineros 0 de sus familiares se realizan en el escenario de los mismos, con adornos tfpicos de cada región.

Otras veces, cuando se arriba al 40 aniversario de las citadas celebraciones, las aspas del molino se colocan en forma de X, colgando de una punta a otra guirnaldas, sfmbolos, etc, y en el medio superior el numero 40 para identificar la ocasión.

EI orfgen de los molinos en Holanda como medio de embellecer el paisaje y utilizarlos como instrumento para la subsistencia, en nada se parece a las batallas silenciosas que el Ouijote, con su espada, sostenfa contra los molinos de viento, con cierto aire de impotencia.

En Holanda, el sábado se considera el dfa de visita a una gran cantidad de molinos, siempre previa autorización. Para ello, las aspas de los molinos muestran una bandera azul que se corresponde con el perm iso correspondiente.

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i.6eJHolanda':LGr.ónicas

· Cuando tl:Jvimos, la ~,Gportunidad)::s0Iicitamos Î G'On(1):ce:rIl~,(llll de.mfro:-iliJmo

c·.de\~e$osl niol.ioos de ,:Kind'eJoijkl--,y,r.:ehlmornle:A'tm,tprop:iejoisfiliie ,tal propJa

visita que ahora realil,ábamo:s.IAsJ,j:Jil'Iuy amable'metlte11f10s' cen~llIjèro.n

a uno de los mismos.

b'fn "SUo plan:ta nbaja, lse",haUa 6una eoamita, le.squinadai2 semrej:a:neo Uirl~

litera, con una pequeria cocina y otrcrs' elementos.>:parä laj VÏ;(d~)I{iel

molinero, incluyendo un mueble para su ropa. EI calzado, y en

"especjal, Josrzpeco.s;(:>se,)sï,tuao::·el3lbunàrlSee:ciórode)made'ra tdebajffi:B'è/la

'camita. 0 aO\t.oflllon ëU' !~C 2zboC: 2o,1 ,oiqrnblG 10'1 . C:~9noÎ:libfi'lJ

~'.O\ilütl!:; (JO::- .;;'Jfrl2'(1l :: li 3b 0i'1Sfl9:),?8 !9 ne fl13SÎil501 62 d.l1s!I!n""if)1

Subimos a la segunda planta, por una eSID:é!ler.ëf,blgendienteirtly

observamos instrumentos de trabajo - inclufdas herramientas de los

:;más' ivariado&)tipos,,~,<todo' e5 t'fu nc i óJl1Jide; um~ mEtdi'@;lde produccióml''d:el

siglo-,XVlltlt.,yi I " ml.)o:~);j ü;:: or/lloiTl irib 2:,:;q26 261 ,88ncbI31(h~!88

dt)SfO h fl8 ( ,:ÎJE. ,:30\od·, i;! ,c!sblsfmug sllc s s:.nuq

f:,nu

B.J otv!sç]loJ

Más empinada aLm esda~esoater.a :quen0blilciUJc~ ~;W;>tefleefi(pi,s.o;: -a1Iiijl(nt.o

a una rueda dentada de madera, se escucha el crujir de las aspas,

j,acopladasT al BI.e cSupsJiarr,nper<i)jl.s-obr:é'j todo?unaiJ~i5t:aJ 'debnuatèulalbTe

.êbeJleza a uoaee-'items,a pradera d.tmdeLÏrnpera):I'as::más variiad'a\c0:l~ll~i~CÓfl · del)t:çolof!<vertde ~J je.!: a

g.u

á:l p(i)''()~Q,<:lEli.ér'(ll?mr: eiettG~(tJrl:ffilvista~)~I!J:e~ bien p,l:J<!Iier.a iu:Wizarla fel! mejal':dedos. \Plin~Q.reS0par,aill:e\'7,aflaj a:h:liemz0i.1flet~oë

· Y:ll~sf:·quel; eI1Hila\!pr:.á:cti~a, HolaRd~ryo los. 'holanliltiis:.es dVeAtJem leHagu"a

_algJ'o, mÜy'csfu:yo,c t mn'o:'ji:laroe!tde f.'su9vj(da'llveTdè,:>s.t;J:cm.iIil:'wlia'3tUrnabbllrelJ'a

.pa~te de' sU2ter:ritor1:o td~) 116:;0Cà6):,'llIiIiUeiss.cuamllad-a:S};esrá f0cupadc1 pbr

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Molinos Antiguos

arrebatada al mar, con el cual, la lucha ha sido constante y heróica. A veces a costa de un alto precio. Como ocurrió en 1953 cuando 1835

personas encontraron la muerte en la región de Zelanda y la Holanda Meridional.

Es lucha comenzó en los albores del siglo XII. Allá por el 1150 se iniciaron los trabajos para construir el primer pólder, utilizando la técnica del dique alrededor de un área determinada a desecar. 0 sea, el primer " pólder" es más antiguo que la constitución de Holanda como nación independiente, 10 cual ocurrió en 1648.

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HOLANDA Y LOS TULIPANES

Hablar de tlores en Holanda es como hablar del sol radiante de Cuba. Decir que es el pais de las tlores es algo que nadie puede dudar. Pero, si bi en Holanda puede ser reconocida en el mundo por los zuecos y

los molinos de viento, mucho mejor es que situemos en primer lugar a sus tulipanes.

Por otra parte, se sabe que Turqufa es la cuna de los tulipanes y que a Holanda lIegaron en elsiglo XVI, procedentes de Austria, pero es innegable que en la actualidad el origen de esa tlor se ha perdido en el tiempo al convertirse Holanda en la tierra de los tulipanes.

Estas tlores son parte integral e inseparable en la vida de los holandeses y también de su sensibilidad por el gusto. Pero, al mismo tiempo, los tulipanes representan uno de los ingresos económicos más importantes para la economfa de Holanda, junto con las diterentes variedades de tlores que comercializa.

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Holanda y los Tulipanes

A unos 20 kilómetros de Amsterdam, en la Localidad de Lisse, se encuentra el Parque de las flores Keukenhot , el que cada ano se convierte en uno de los lugares más atractivos para cientos de miles de turistas, comerciantes, biólogos, especialistas en la materia y por supuesto, holandeses.

Entre marzo y mavo Keukenhof muestra al mundo un fastuoso espectáculo, en que se exhiben entre 6 y 7 millones de tlores, entre ellas, tulipanes, jacintos, azafranes, rosas, orqurdeas, crisanternos, narcisos y azucenas.

En cierta ocasión, como en otros anos, visitamos Keukenhot (jardrn para la cocina). Ahora nos hallamos de nuevo, a la entrada del famoso parque, con dos jovenes holandesas vestidas con ropas trpicas de la región. Con ellas conversamos, y al decirles de dónde procedramos, solicitaron retratarse junta a nosotros. , Después, asistimos a un indescriptible derroche de belleza, siempre nueva, de la gran exposición de flores de Keukenhof, donde cada variedad aparece sembrada en amplios canteros, de diferentes diámetros y debidamente identificada.

En esta visita tenramos un gran objetivo, ya que en el ano anterior no 10 habramos podido hallar, debido a su temprana desaparición a causa de las inclemencias del tiempo: el tulipán negro.

Nos esperaba un recorrido de dos horas, aproximadamente, por el parque de flores en canteros de las más diveras formas que

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provectan Ifneas trazadas por la arquitectura de jardines, es decir, en armonfa con árboles varbustos, plantas perennes, el césped V los estanques existentes.

Todos los pabellones, en especial el de la Reina Juliana V el de la Reina Beatriz, as! como los invernaderos, tenfan algo distinto, que iba desde 10 artfstico hasta multiples variedades de flores en su estado

natural. Sorprendentemente, en unos siete mil metros cuadrados, se hallaban unas quinientas variedades de tulipanes en flor.

Vefamos flores transportadas desde pafses tropieales V sometidas a una temperatura adecuada para su conservaci6n, con su propia tierra, mostrando su belleza V vi gor, mediante luces que imitaban ra vos solares. También se apreciaba 10 mismo en 105 artrsticos pabellones.

AI rato de caminar, nos acereamos a un gran invernadero, quizás el más visitado ese dfa. Y allf, muv pr6ximo a una curiosa variedad de bonzai, se nos ofrecieron a la vista varios canteros en que el color de sus flores nos pareci6 lIamativo. Algo fuera de 10 comun.

Fue entonces cuando un amigo presente nos pregunt6: i.. No querfan verlo ? "Y contestamos: " i.. Qué ? "Pues el tulipán negro, allf 10

tienen," dijo, indicándonos uno de 105 canteros. Y efecto, estábamos

frente a sus tres variedades. Uno con color negro más fuerte que otro. Pero, todos eran tulipanes negros.

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EI 30 de Abril en Holanda

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EL 30 DE ABRIL EN HOLANDA

Este es un dra en que 10 popular se confunde con la masividad. Es un dra tradicional. Es una de las costumbres del pueblo holandés que más nos lIamó la atención y nos agradó al mismo tiempo, ya que desde los más pequenos hasta los mayores, a la vez que festejan la fecha, demuestran su respeto y admiración por la Reina. Es un aniversario más de la Reina Juliana, madre de la actual Reina Beatriz.

Desde el amanecer del 30 abril, en todas las ciudades y pueblos de Holanda resalta la alegrfa, acompanada de la musica y los bailes en las calles. Encontramos ferias por doquier, trajes tfpicos vestidos por hombres y mujeres y que corresponden a diferentes regiones. En ese contexto, los holandeses, utilizando las más disfmiles formas de exponer, venden artfculos que van desde efectos electrodomésticos, hasta ropa y calzado, en su inmensa mayorfa de uso. También, pinturas, antigüedades, artesanfas y todo tipo de curiosidades, a precios simbólicos.

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No es el comercio por el comercio 10 que se hace. Es, ello, en función de un onomástico, con interesantes mezclas, en que elementos costumbristas V folclóricos, se conjugan en función del referido dfa.

Principalmente en Amsterdam, Rotterdam, Utrecht V La Hava, desde horas tempranas se nota una plena actividad para la instalación de las áreas de ventas. En ellas podemos hallar los comercios va existentes que abren sus puertas y los. improvisados que son los que predominan, los más numerosos, y que pertenecen a ciudadanos que diariamente laboran en otras funciones 0 pensionados.

Por interés 0 atracción del fenómeno, ese dfa es disfrutado por miles

de turistas que lIegan.a Holanda sólo para esa festividad.

Como parte del jubilo las casas holandesas se engalanan. En las mismas se puede observar la bandera nacional de Holanda en las astas que la mavorfa de aquéllas poseen. Por 10 general, en la punta de las mismas se situa una larga cinta anaranjada que es el color de la Cas a Real.

De igual forma, ese 30 de abril se pueden observar en las diferentes vfas, tante en las zonas urbanas como las rurales, nucleos familiares utilizando ciclos para su transportación, con la misma intensidad que un dfa de domingo.

EI ciclista es parte del paisaje de Holanda, donde existen más de 20 millones de bicicletas. Por 10 que no es nada extrano ver junta a los

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EI 30 de Abril en Holanda

padres y abuelos a nirios de corta edad en sus ciclos, los que en una parte trasera de éstos y en una especie de antena, colocan una banderita triangular, color naranja, que les sirve de autoprotección, al alertar con ello a los choferes de autos y camiones a evitar accidentes.

En ese dra de fiesta en que se puede ver y adquirir todo aquello nuevo y viejo, util y bello, está presente un gran contagio de felicidad que se espera ario tras ario, como la visita que ese dra realiza la Reina Beatriz, a una ciudad 0 provincia que anteriormente se selecciona.

Es una festividad matizada por el ir y venir de cientos de miles de personas, en que los bellos puentes de ciudades como Amsterdam y Utrecht, tal parece que cambiaran de fisonomra, tal parece que no existen como tal, al convertirse en respaldo de atriles que sirven de exposición y venta de pintores de diferentes estilos. Es el unico dra del ario en que las familias pueden caminar sin peligro aiguno, a sus anchas, por el centro de las avenidas destinadas al intenso tráfico de autos, camiones y bicicletas.

Ese dra, el 30 abril, de tante ver las franjas: azul, blanca y roja de la bandera holandesa, a los cuba nos se nos antoja hacer un srmil con nuestra bandera nacional. Colores iguales, radiantes, lIenos de vi gor, cuyos significados irradian el respeto y el orgullo que emanan de dos pueblos.

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AI caer la tarde de ese dfa va desapareciendo el bullicio en las calles y

los cornercios improvisados. Pero la alegrfa no ha terminado, s610 que se traslada para los hogares.

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Encuentro con un Amigo

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ENCUENTRO CON UN AMIGO

Una tarde muv frra lIeg6 al aeropuerto holandés de Schiphol, que se encuentra a 4 metros por debajo del nivel del mar, un querido amigo procedente de Cuba. Este sitio ahora ocupa el espacio que siglos atrás dominaba el lage de Haarlem. Y para no olvidar su origen recordemos que el nombre de Schiphol significa "refugio de barcos" . Después del afable saludo de nuestro compatriota amigo, éste nos confes6: "Vengo a conocer las bellezas de Holanda, aunque sea por escasas horas" .

Lamentablemente, no nos fue posible mostrarle a Holanda como el pars de las flores; ni mucho menos a Keukenhof, la exposici6n natural de tulipanes más grande V bella de Europa. La temporada de exhibici6n de Keukenhof va habia conclufdo. Y, para colmo de males, los canales de La Hava estaban congelados.

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Pero nuestro viejo amigo, de mantenida alegrfa juvenil, no puso mala cara. Por el contrario, mostr6se conforme con ver otras bellezas, aun nocturnas. Por ello, en medio de un fuerte viento que propiciaba más frfo, emprendimos el camino hacia el centro de La Haya, buscando la antigua edificaci6n del Ridderzaal, construido en el siglo XIII, y donde anualmente se inicia el ario parlamentario con un discurso de la Reina Beatriz. Es el dfa, además, en que la Reina cruza con su carroza de aro, por las principales calles de la Haya, reeditando el pasado de Halanda.

Sin embargo, tenramos esta vez otro prop6sito: nos interesaba que el recién lIegado y quienes 10 acompariaban, observaran un bello espectáculo del cual habfamos sido avisados. EI, al observar la iluminación que bordeaba la arquitectura del Binnenhof, sede del gobierno y del parlamento, además de les incontables colores del vestuario de las personas que patina ban en el lage "Hofvijver", no pudo dejar de hacer exclamaciones admirando 10 que tenra frente a sf.

Con su tacto y mesura nos rogó bajarnos del auto, acercarnos y canversar con quienes a esas altas horas de la noche, y con tal

intensidad de frfo, hacfan con su destreza y alegrfa que

identificaramos sus evoluciones como un acontecimiento producido en pleno dra.

Para nosotros, quizás como contagio de 10 deslumbrador del momento de la iluminaci6n, en lugar de hielo se nos antoj6 pensar que 10 que vefamos era un paisaje iluminado por los rayos de un sol

l

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Encuentro con un Amigo

tropical. Y bien valfa ese espejismo visual. En realidad, era una licencia permitida. Sobre todo cuando el reloj marcaba más allá de la una de la madrugada.

Después pasamos a contemplar otras bellezas de La Haya. En medio de lógicas penumbras arribamos al Palacio de Justicia donde radican la Corte Internacional de Justicia y la Corte permanente de Arbitraje, una edificación inaugurada en 1 91 3, un ario antes de iniciarse la Primera Guerra Mundial.

Ello conduce a concluir la ironfa de la vida, entre un hecho y otro.

Después, bordeando la autopista que conduce a Rotterdam, pasamos a alcanzar la avenida Van Alkemadelaan, y a unos 200 metros del entronque de la carretera hacia Amsterdam, nos detuvimos frente al bosque en cuyo centro está enclavado el Palacio donde reside la Reina Beatriz: La Huis Den Bosch (Casa del bosque), construida en el siglo XVII. Sin embargo, no entramos en esa oportunidad. Desconocfamos en ese entonces, por supuesto, que al lIegar el instante de nuestra despedida de Holanda, visitarfamos ese Palacio, y entablarfamos con la Reina y el Prfncipe Claus uno de los encuentros más agradables de nuestra estancia en el pafs de los tulipanes.

A media mariana del dfa siguiente nos dirigimos al aeropuerto de Schiphol. Aambos lados de la autopista observamos invernaderos

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para flores y productos agrfcolas, animales de corral, va cas y caballos pastando, asf como fértiles cultivos de remolacha.

Lleg6 el momento de la despedida del viejo amigo que debi6 de partir hacia otros pafses. Y 10 hizo con la promesa de intentar un pronte retorno a Holanda antes de volver a Cuba. Pero, no pudo. Y el tulipán, los molinos de viento y una arquitectura urbanfstica envidiable, aun esperan por nuestro viejo amigo.

Nos confundimos en un fuerte abrazo, se sonri6. Era su siempre sonrisa de hermano. Su alegrfa y dedicaci6n harian que una de sus tantas obras, los jardines de la Gran Piedra, en Santiago de Cuba, encuentre su extensi6n merecida en un pais como Holanda, quizás como el sueno florido que perdura en su coraz6n de creador. Quedaba atrás La Haya, esperando, serena y tranquila como las aguas de sus multiples canales.

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AI encuentro del Pad re de la Patria de Holanda

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AL ENCUENTRO DEL PADRE DE LA PATRIA DE HOLANDA.

Un dra nos dirigimos a la ciudad holandesa de Delft, muy pr6xima a La Haya. Nos alentaba visitar nuevamente aquel pedazo de tierra donde vivi6, trabaj6 y muri6, el Principe Guillermo de Orange, el padre de la patria de Holanda.

Pero también deseábamos visitar la tumba real - donde yacen los restos del Principe de Orange y sus más cercanos familiares - y para ello teniamos que dirigirnos a la iglesia Santa Ursula (Nieuwe Kerk).

Después de veinte minutos de recorrido por la autopista La Haya-Rotterdam, giramos a la derecha, mucho antes de lIegar a esta ultima ciudad, y cruzamos frente a la universidad Técnica de Delft, donde un grupo de profesionales cubanos cursaba diferentes especialidades. Ya en el centro de Delft, con una temperatura muy agradable, caminamos hacia nuestro objetivo. Segun nos acercábamos nos vimos obligados a transitar por puentes delsiglo XVII, XVIII y XIX, desde los cuales podia mos apreciar los canales majestuosos y sus

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serenas aguas en cuyas orillas cientos de personas disfrutaban de los suaves rayos del sol sentados alrededor de innumerables mesas. AI paso, un familiar querido acot6 que, con toda certeza, cuanto vefamos hacfa pensar que Delft es una hermana menor de

Amsterdam. 0 en todo caso, su copia en miniatura.

A través de las ferias abiertas al publico y en los comercios laterales apreciamos la presencia constante de la cerámica de Delft, mundialmente conocida, especialmente la loza "Delfts Blauw" (azul

de Delft), cuyos trabajos iniciales datan del ano 1500.

Va cerca del lugar deseado, lIegamos a la plaza donde se encuentra el mercado al aire libre. Allf nos detuvimos ante la estatua de Hugo Grocio, un monumento majestuoso de color gris-verde. AI ot ra lado de la calle estaba nuestro objetivo.

Allf lIegamos junto a un grupo de personas con quienes penetramos en la Nieuwe Kerk. A los pocos metras, haciendo un giro hacia la derecha, frente a nosotros encontramos las impresionantes tumbas, obras surgidas de la inteligencia s610 de grandes artistas 0 de grandes maestros. Adentra de lasmismas, los rest os del Prfncipe Guillermo de Orange y otras miembros de la familia Real holandesa.

EI Prfncipe de Orange nos recuerda a Carlos Manue.1 de Céspedes, el

Padre de la Patria cubana, quien inici6 nuestras guerras por la independencia frente al mismo enemigo, el colonialismo espanol. Pero

no solo eso. Sucede que el Prfncipe holandés y el p.atriota cubano

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AI encuentro del Pad re de la Patria de Holanda

también se parecen en sus sacrificios, en su valentfa y en la forma en que con ligeras diferencias murieron.

En fin, nuestra visita a Delft nos satisfizo del todo, puesto que encontramos 10 que deseábamos hallar: "el espiritu del herofco Guillermo de Orange", como Ie lIamara a finales delsiglo XIX, nuestro Héroe Nacional José Martf.

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LA LABORIOSA Y ACTIVA ROTTERDAM.

Cinco anos de ocupación nazi-fascista, además de la destrucción de gran parte de la ciudad, pulverizado su centro por los bombardeos masivos de la aviaci6n alemana, hicieron de Rotterdam la "Ciudad-Mártir" de Holanda.

En ninguna otra población holandesa se podrán hallar consecuencias bélicas similares. Y en recordación de es os dolorosos sufrimientos, nada más elocuente y admirable que la escultura del artista Zadkine. Ante elia, más de una vez nos detuvimos en senal de respeto.

Ese monumento a lila ciudad destruida", como también se Ie lIama, es un lugar obligado de visita, tante para holandeses como para extranjeros.

EI monumento proyecta a una persona con las manos en alto en dirección al cielo, mostrando un pecho totalmente desgarrado, y senalando al mundo las heridas producidas por la ocupaci6n enemiga.

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La laboriosa y activa Rotterdam

Debido a la destrucción de Rotterdam, la arquitectura de la posguerra muy poco 0 nada tiene que ver cOn otras ciudades, ya que desde entonces surgieron incontables edificaciones modernas, mezcladas con las que aparecieron varios siglos atrás.

Sin dudas, de las ruinas brotó una ciudad moderna y hoy dfa la constelación de edificios de Rotterdam, sobre todo su centra, tiene

.en la torre Euromast, ·de 185 metros de altura, el srmbolo de esa modernidad. Desde allf, hemos observado a gran escala el desarrollo urbanfstico, su gigantesco puerta, los blancos edificios de la universidad Erasmo y el tunel de la Mosa, considerado el más antiguo de Holanda, y consagrado al tráfico automotriz. Todo integrado a una acogedora y bella ciudad.

Su parte histórica, salvada de los bombardeos alemanes, conocida por el Delfshaven, se muestra erguida como retadora del tiempo y de quienes no pudieron hacerla desaparecer. En esa zona nos permitimos asistir a una sesión inolvidable de histaria y a la observación de una de las principales mapotecas de mundo.

Por ello, al entrar en el "Atlas van Stolk", nos asaltó el recuerdo de las hazaiias de los holandeses que dieron a conocer su pars al mundo como una sólida nación, como una potencia marina, a pesar de su pequeiia dimensión, revelándose como competidores respetables de otras naciones verdaderamente inmensas.

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De Holanda : Cr6nicas

Fué asf que frente a las colecciones de los mapas más antiguos _, , -tante marrtimos como terrestres - tomamos una mayor conciencia de c6mo los que se lanzaron a los mares para hacer historia pudieron meditar una estrategia, y desarrollarla convirtiéndola en algo exepcional gracias a su inteligencia y capacidad de maniobra.

La tradici6n marftima holandesa y la amplia visi6n de comerciantes que desde antano enriquecieron a la naci6n, hizo posible que Rotterdam se haya convertido en el mayor puerto de carga del planeta y en una ciudad que se autotitula, con raz6n, "La puerta de Europa".

Después de Amsterdam, Rotterdam ocupa el segundo lugar en poblaci6n. Por ello, y especialmente por su laboriosidad, tiene un lugar privilegiado en la historia moderna de Europa, gracias a la febril actividad de sus ciudadanos, donde se mezclan en proporciones cada vez mayor, hom bres y mujeres procedentes de otras nacionalidades, en calidad de inmigrantes.

Rotterdam también nos muestra un impresionante desarroIlo en el ámbito de la creaci6n artfstica.

Cuando visitamos el museo Boymans-Van Beunigen, nos sorprendi6 el agradable hallazgo de esculturas y pinturas de los afamados maestros holandeses Van Eyck, Breugel, Bosch y Rembrandt, asf como obras de artistas universales: D'Vinci, Durero y Goya.

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La laboriosa y activa Rotterdam

La escultura ambiental derrocha creatividad y seduce a quienes hemos podido disfrutarla. Elia se inserta, formidablemente, en las fachadas de edificios, plazas y centros culturales. Todo ello hace de Rotterdam una cuidad cada vez más atractiva e inolvidable.

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UNA VISITA INOLVIDABLE

Los seres humanos acostumbramos a sonar. De esos suenos nuestros, unos se realizan y otros no. Todo depende del esfuerzo, de las realidades y las posibilidades. En ese sentido, entre los suenos más preciados desde nuestra adolescencia, siempre conservamos el de observar alguna que otra obra original del inmenso pintor holandés que fue Harmenszoon Van Rijn, Rembrandt, quien ha dado justa fama a Holanda. En honor a la verdad entre sus grandes obras siempre preferimos: "La Ronda Nocturna", "La lección de anatomfa del doctor Nicolaes Tulp, 1632", asf como sus autorretratos.

5ólo por casualidad de la vida, en una manana abundante de nieve aceptamos la invitación de dos buenos amigos holandeses para visitar el Rijksmuseum, en Amsterdam, donde se hallan las obras de los más afamados pintores holandeses de todos los tiempos y donde se pueden observar estilos, interpretaciones y técnicas variadas.

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Una visita inolvidable

Esa casualidad hizo que la visita la hicieramos de conjunto con el pintor y escultor cubano Delarra, de visita en Holanda para inaugurar una exposición de sus obras en la ciudad de Rotterdam.

Comenzamos pues, a recorrer el imponente y bien conservado museo, disfrutando con las colecciones de pintores holandeses, flamencos, espanoles, italianos y franceses. De Holanda Jer6nimo Bosch (siglo XVI), Rembrandt, Frans Hals y Ver meer (siglo XVII) y

Van Gogh (siglo XIX).

Una hora más lIegamos a una puerta de cristal que daba acceso a un amplio sal6n, y cuando penetramos al mismo experimentamos varias impresiones. Primero, la percepci6n de un publico, en especial j6venes, que en un respetuoso silencio, sentados en bancos 0 de pie,

dirigran sus miradas al frente y en una misma direcci6n. L6gicamente estas personas observaban y disfrutaban de una obra maestra. Pero,

i.. cuál ? Pronto nos sumamos a ellos, compartiendo aquella impresionante belleza pict6rica: la obra cumbre de Rembrandt, "La Ronda Nocturna", custodiada permanentemente por un oficial de sala y una cuerda roja que separa al publico de la pintura, manteniéndola a una distancia de dos metros aproximadamente.

"Fantástico, fantástico", fue la expresi6n del amigo Delarra, que simultaneamente parecra intentar introducirse en el cuadro y hacer companra a los personajes que aparecen en el mismo. "j Observen ! j

Deténganse a confirmar c6mo utilizaba la luz! j Adviertan c6mo

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. viene de atrás en medio de la semioscuridad !, nos reiter6 una y otra vez el amigo cubano.

En efecto, nos encontrábamos, como trasladados de un sueno a la realidad frente a un lienzo de 363 x 437 cm, era el cuadro de Rembrandt liLa companfa del capitán Frans Banning Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh (Ronda de Noche 0 Nocturna),

pintado en 1 642.

Ya habiámos visto durante el recorrido, también de Rembrandt (1606-1669), su autorretrato (1628), Saskia (1633), Arist6teles contemplando el buste de Homero, (1653), Titus en hábito de monje, (1660), los "sfndicos" (Staalmeesters) del Gremio de Panos de Amsterdam (1662) y su autorretrato de 1669, el ano de su muerte. Sin lugar a dudas, la maestrfa de los efectos de luz y los dramáticos claroscuros, y la intensidad y realismo de las figuras, no los encontramos expuestos de forma tan integral en otras pinturas como en el caso.de liLa Ronda Nocturna".

En la visita que hacfamos al Rijksmuseum, tante Delarra, como quienes junta a él visitamos dicha instituci6n cultural, teniamos por primera vez la posibilidad de comprobar c6mo la creaci6n de un genie como Rembrandt alcanzaba a mostrar al mundo su talento.

En liLa Ronda Nocturna" los personajes tienen vida. Tal parece que se

pudiera conversar con ellos. Y habrfa que decir como nuestro José

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Una visita inolvidable

Mart!, cuando situado frente a otra obra de este autor holandés, en Nueva Vork, exclamó: "EI Rembrandt es un Rembrandt".

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OTONO EN LA HAYA

Las hojas de los árboles, indiferentes, caen con el batir del viento, frlo y fuerte, que nos lIega del Mar del Norte. Resulta simultáneamente impresionante y bello el paisaje que tenemos ante nosotros, nada extrano a los ojos de los holandeses acostumbrados a ver ese fen6meno. Ellos 10 ven como algo muy natural. Pero, 10 disfrutan como el primer dia.

Para los extranjeros y los caribenos, en partlcular, todo esto resulta bastante diferente: sobre la tierra 0 las aceras se forma un grueso

colch6n de hojas, a primera vista doradas, que al madurar en los altos árboles van dejando a éstos en sus desnudas ramas como si se tratara de una naturaleza muerta 0 en camino a ello. Es el otono que

debe abrir paso al invierno holandés.

Era una tarde con cielo despejado. Caminábamos como en otros domingos por el amplio y humedo bosque que se encuentra detrás de nuestra casa: el parque Clingendal. V, desde luego, anorando la verde

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Otono en La Haya

vegetación de nuestro pafs, tan perenne como la tuerza de su sol. ASI apreciamos la hermosa variedad de colares de los más dislmiles tipos de flares que lIenas de energia abundan en holanda. Pero, habrá que esperar aigunos meses más para desafiar los rayos del sol holandés.

Ahora, continua mos el paseo. Ninos arropados se protegen del trio Y muestran el color rosado de sus mejillas mientras marchan acompanados por sus familiares.

La lIuvia que cayó poco antes ha cesado. Pero, en un clima como el holandés es norm al que vuelva a producirse un aguacero en carto tiempo. Es algo tfpico. Sin embargo, 10 importante es disfrutar de la naturaleza.

Muy próximos estamos al jardln japonés que, al igual que el resto del paisaje que 10 rodea, muestra cierta presencia de hierba verde. Acá observamos numerosos bonzai, de diferentes tamanos y variedades. Todos mantienen su vitalidad y verdor pese a las inclemencias climáticas. En este caso, no están en ninguna ladera 0 quebrada y sf en una pequena planicie formando, además, una colonia . impresionante para el disfrute de la visión humana.

Pasa junta a nosotros una pareja de ancianos que se protege del aire frfo y cortante. Ellos nos preguntan por la salida del bosque. Agradecidos a nuestra respuesta se interesan por conocer de qué pais somos. "Somos cubanos", respondemos. Y ello da lugar a una agradable conversación ya que sus hijos recientemente han regresado

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de una visita a nuestra isla caribena, volcándose los padres en comentarios muy curiosos y atentos acera del clima que encontraron, y la naturaleza y 10 amistoso de nuestro pueblo.

Continuamos el paseo de aquél domingo, acercándonos a un parque infantil con infinidad de piezas para jugar. Piezas construidas, rusticamente, con troncos de árboles de variados tamanos y formas. Los ninos hacen de las suyas y sus voces ofrecen una nota de alegrfa que nos obliga a detenernos y extasiarnos por breves minutos pensando a su vez en los ninos cubanos, y en nuestros propios nietos. Porque en verdad la alegrfa infantil no presenta diferencia alguna entre ni nos de un pafs u otro, cuando se trata de los primeros anos.

Más adelante, bordeando puentes de madera y pequenas casas habilitadas para los juegos infantiles, encontramos canales cuyas aguas cruzan el inmenso bosque en sus cuatro puntos cardinales.

EI viento de otono hace que desaparezcan las aguas estancadas que ahora se muestran fluidas y a la vista se nos antojaban maravillosamente transparentes. En el fondo de los canales vemos, sf real, un manto ilimitado y bello de hojas doradas.

Allf nos deleitamos una y otra vez con la presencia de los cisnes blancos y sus proles, patos con sus bellos colores grises y verdes intensos, que ya comienzan a aparearse con sus hem bras col or carmelita.

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Otono en La Haya

Como es natural, cada pars manifiesta en su cultura la forma en que conciben la existencia sus cuidadanos, basándose en la educaci6n y valoraci6n de sus reeursos. En Holanda vemos eómo su variada fauna, en la que además figuran robustas palomas, es respetada por los paseantes. EI término a emplear para explicarlo es el respeto. AI igual que las flores, tod a especie animal es intocable. Y todo se considera parte del disfrute de la vida, e inseparable del intenso y rieo patrimonio que ofreee la naturaleza.

Después de más de dos horas de caminar, detenernos y de nuevo sentarnos en bancos 0 en la propia hierba, nos aeercamos a un pequeno zoológico. AI mismo tiempo, arrecia el viento, aumenta el frfo y vuelve la lIuvia, aunque de forma intermitente. No exageran los holandeses euando dieen que en holanda hay dfas en los euales se pueden eonstatar las euatro estaciones del ano, 10 eual pudimos apreciar varias veces durante nuestra estaneia en dieho pars.

No obstante la temperatura, nos resistfamos a tener que tronehar nuestro paseo de reereo y eultura. Pero, de veras, no tenfamos más remedio. Era nuestro tercer ano en Holanda. Sin embargo, eada uno nos habfa resultado distinto y a eual más atraetivo. Era un verdadero privilegio poder valorar personalmente una vasta eultura que se transmite de generación en generación, destinada a la proteeeión de la naturaleza y el medio ambiente, y el disfrute de su sano oxfgeno.

Finalemente nos eneaminamos haeia la Avenida Van Alkemadelaan, buscando la salida del bosque. Nos sentfamos molestos al ver que, de

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forma muy natural, otras personas, lejos de salir, entraban en el bosque. Nosotros salfamos. Quizás, 0 seguramente, era la diferencia de los que somos originarios de pafses tropieales. En Holanda, aun lIoviendo, se pasea a pie 0 en bicicleta.

Cuando lIegamos a la céntrica avenida comenz6 allover aun más fuerte. Apuramos el paso, y a través de los altos árboles y la nutrida vegetaci6n, pudimos ver los colores rojo, azul y blanco de una bandera. Podia ser la bandera holandesa que tiene es os colores, pero no. Era la nuestra, la bandera cubana. Y habfamos lIegado a nuestro hogar.

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Inicio del ano 1995

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INICIO DEL ANO 1995.

Primero de enero. Una fuerte ventizca con lIuvia muy frfa cae sobre La Haya. Por espacios inesperados aparece una débil nieve, en forma de copitos que rápidamente se convierte en agua debido al propie viento. Pero, en realidad es insignificante.

Es dfa de descanso y fiesta en Holanda. Decidimos visitar el distrito de Wassenaar, algo parecido al antiguo reparto Country Club de La Habana, donde teniendo en cuenta las diferencias arquitect6nicas predominan residencias de una incalculable belleza. Sus colores y la verde vegetaci6n de los contornos ofrecen, aun en este tiempo, un paisaje para el disfrute de la vista de cualquier ser humane.

En el camino nos sorprende una nieve aun más abundante. Es la primerea del ano y lIeg6 sin anunciarse: imprevista como un regale de la naturaleza.

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AI concluir el paseo previsto tomamos dirección hacia la playa de Scheveningen, nombre que fue utilizado por la resistencia contra la ocupación nazi-fascista durante la Segunda Guerra Mundial. Debido a la pronunciación tan diffcil, en holandés, de la palabra Scheveningen, los combatientes holandeses podfan detectar a los que pretendfan penetrar sus organizaciones clandestinas.

Segun nos acercabamos a Scheveningen el viento fue aumentando, dándonos cuenta de 10 que acontecfa cuando enfilamos hacia una elevación bordeada de edificios de apartamentos diversos para turistas, y desde donde se podfa observar el mar bravfo.

AI coronar la mencionada elevación, frente a nosotros tenfamos la playa más hermosa de Holanda, en las aguas del Mar del Norte, pero además un paisaje impresionante por su belleza en que apreciabamos olas de 4 y 5 metros de altura, que hacfan otro mar de espumas, diluyéndose en la medida en que se acercaban a la orilla, insertadas en colores grises y blancos.

Pero, no podfa faltar en medio de ese panorama, alguna que otra pareja holandesa, paseando muy próxima a la orilla sobre la gruesa y dorada arena. A pesar del viento y de la lIuvia, sin embargo, las parejas disfrutaban sin buscar amparo en los pocos lugares que para ello existfan.

De veras, al princlplo de lIegar a Holanda encontrábamos raro ese comportamiento. Pero, al cabo de aigunos alios el hecho acabó por

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Inicio del ano 1995

parecernos algo muy natural: parte de una cultura arraigada en una educaci6n tradicional.

En el pars de los p6lders, de la lucha contra el agua para ganar tierras al mar, cada ciudadano siente un profundo agradecimiento hacia tan preciado Irquido, al que han combatido y dominado, pero igualmente veneran y valoran.

Con raz6n, los holandeses repiten como una importante sentencia, la frase de que "Dios cre6 al mundo y los holandeses a Holanda".

AI regreso a nuestra cas a observamos una vista todavra más preciosa y generosa de la naturaleza: los árboles desnudos han comenzado a vestirse de blanco. Las finas ramas de los arbustos inician el mismo proceso, y los autos cambian de color.

Asr, el bosque que rodeaba nuestra casa clam6 por igual beneficio y belleza, y aconteci6 10 mismo: sus árboles, sus caminos y trillos, comenzaron a tenirse de blanco. Y, a pesar de ello, pero estimulados por una irresistible atracci6n, ninos y adultos comenzaron transitar por ellos.

Era un don de la naturaleza que se vinculaba de la forma más arm6nica posible a la alegrra y la felicidad del dra. Para nosotros, también representaba una jornada alegre, ya que en Cuba es el DIa de la Liberaci6n.

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Mientras tratábamos de proteger nuestra bandera que ondeaba orgullosa en su mástil, resistiendo al fuerte viento, una familia holandesa, junto a dos pequenos ninos, pasaba a escasos metros de nosotros con la mayor naturalidad y goce. l Y c6mo olvidar a uno de aquellos pequenos que nos mir6 fijamente, levant6 su vista hacia la bandera cubana, y con un guino de ojo y un movimiento de su pequena mano, nos dijo adi6s ?

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