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Las perífrasis frecuentativas : su origen y gramaticalización en español medieval y clásico

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Marceli Świątkowskiej, J. Górnikiewicz, H. Grzmil-Tylutki & I. Piechnik (éds), Kraków, Wyd. UJ, 2010

Andrzej Zieliński

Universidad Jaguelónica de Cracovia

LAS PERÍFRASIS FRECUENTA- TIVAS: SU ORIGEN Y GRAMA- TICALIZACIÓN EN ESPAÑOL MEDIEVAL Y CLÁSICO

1

Pese a la falta de la unanimidad entre los investigadores sobre el concepto de las perífrasis verbales, las entendemos como una unión sintáctico-semántica entre dos o más verbos que constituyen un solo núcleo del predicado. Expresan grosso modo la acción que el predicado simple no es capaz de denotar. Distinguimos entre formas modales, que describen la actitud del hablante hacia una acción realizada, y modoaccionales, que describen el modo de una acción vista por un hablante.

Dentro del último grupo encontramos, entre otras, las expresiones frecuentativas que, a su vez, rompen con el tópico de su definición, ya que el auxiliar mantiene el significado originario, de ahí que algunos estudiosos (entre ellos, Fernández de Castro 1999 y García Fernández 2006) las denominen perífrasis léxicas. Expresan, ante todo, una acción habitual que no tiene por qué realizarse siempre y, a dife- rencia de las construcciones reiterativas, no implican repetición en el tiempo (Zieliński 2008).

A la hora de analizarlas desde el punto de vista sintáctico, notamos discrepan- cias entre los investigadores. Así, Gómez Torrego (1999: 3377–3378) cree que lo característico del grupo en cuestión es el rechazo del imperativo (*Suele (tú) estudiar), rasgo propio del grupo de expresiones modales (*Puede) Además de eso, no son estructuras ecuacionales, esto es, no se puede intercalar la forma verbal es, ni tampoco pronominalizan el auxiliado, a no ser que se ponga el verbo hacer:

(1) Suelo ir al cine todos los días.

¿? Lo que yo suelo es ir al cine todos los días.

*Lo suelo todos los días. → Lo suelo hacer todos los días.

Asimismo, rechazan los infinitivos compuestos que admiten los modales, lo cual resulta lógico si tenemos en cuenta el carácter perfectivo que tienen las formas no finitas, frente al carácter atélico del auxiliar.

(2) *Suelo haber estudiado mucho.

*Solí/ *soleré estudiar filosofía kantiana.

1 Este trabajo ha sido realizado gracias a la beca del Ministerio de Ciencia y de Educa- ción Superior polaco (1896/B/H03/2008/34).

(2)

De hecho, el auxiliar solamente puede aparecer o en presente o en imperfecto de indicativo. Tampoco admiten futuro, porque, desde el punto de vista semántico, no se puede tener costumbre de una acción venidera.

Poniendo todas las características arriba mencionadas en tela de juicio, no es nada de extrañar que algunos investigadores las ubiquen dentro de las formas modales. Así, Ureña (1978: 313–317), tras haberlas estudiado, subraya su carácter modal al expresar la subjetividad de la acción. No obstante, Yllera (1980: 199) pone en relieve la objetividad de una acción realizada con frecuencia.

En la actualidad, el español dispone de dos construcciones: <soler + infinitivo>

y <acostumbrar + infinitivo>, aunque esta última, según Kany (1994), posee un carácter sumamente diatópico y es propia del español de América.

El castellano medieval se caracteriza, entre otras cosas, por una gran cantidad de expresiones analíticas y esto, parafraseando a Stausbaugh (1936), puede revelar una gran afición del español antiguo por este tipo de construcciones, frente al latín que, como es bien sabido, era una lengua sumamente sintética. Sea cual fuese, no cabe duda de que hallamos en los textos de aquella época un gran número de perífrasis frecuentativas, hoy desaparecidas.

Para colmo, desde la monografía de Yllera (1980), ya no se han vuelto a anali- zar diacrónicamente las formas en cuestión. Por ello, en este estudio, nos gustaría estudiarlas con más detenimiento basándonos particularmente en los enfoques de la lingüística contemporánea.

Vamos a ceñir nuestro breve trabajo a las épocas medieval y clásica, ya que aún en el siglo XVI encontramos formas que hoy en día están en desuso.

En todas las épocas el verbo frecuentativo por excelencia es, sin duda alguna, soler. Proviene del verbo latino SŎLERE:

(3) Qui mentiri solet peierare consueuit

(Cicerón, Pro Q. Roscio Comoedo Oratio, p. 16. pár. XLVI)

Además de eso, aplicando la teoría cognitiva de Lakoff (1987), podemos llegar a pensar que en la creación del significado de este verbo latino pudo haber influido el mecanismo de la metonimia: LUGAR POR HÁBITO, base de la metáfora LUGAR ES COSTUMBRE, acorde con Barcelona (2003), quien pone de mani- fiesto que el papel de la metonimia es mucho más importante que el de la metáfora, puesto que en el origen de ésta puede encontrarse una metonimia, como vemos en nuestro caso. Parece que su origen es, por lo menos, de carácter panrománico por estar presente en (fr.) s’habituer ‘tener costumbre de algo’

procedente de HABITUS y en cuya evolución, una vez más, observamos una evidente relación con la metonimia en cuestión.

Sea como fuere, aparece en castellano, por primera vez, en Cantar de Mío Cid:

(4) ¿Quién nos daríe nuevas de Mío Cid el de Bivar?

Fuesse a río d´Ovrina los molinos picar e prender maquilas, commo lo suele far.

(CMC, vv. 3376–3380)

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Esta construcción expresa, ante todo, una acción habitual que no tiene por qué realizarse siempre. En esta acepción, su empleo se iguala al del español moderno, si bien, queremos dejar claro que en la lengua medieval soler podía expresar también la duración de una acción pasada:

(5) […] en aquel mismo logar o solie seer ell archa del

testamiento porque parescien aun muchas sennales de la cibdat (EE I)

En el ejemplo (5) vemos que solie seer no indica la frecuencia de una acción, sino, más bien, su duración, acercándose al empleo del imperfecto (= era). En este sentido, el verboide –como lo denomina Yllera (1980)– se transforma en el auxiliar flexivo, de valor marcadamente estilístico, que atribuye al auxiliado morfemas gramaticales (número, tiempo).

Ahora bien, el verbo latino, SŎLERE, disponía de otra acepción poco frecuente cuando aparecía sin compañía de ningún auxiliado. De este modo, funciona como verbo autónomo con el significado ‘tener la costumbre de algo’, como podemos ver en el siguiente ejemplo:

(6) Artior, quam solebat somnus complexus est (Cicero, De re publica, p. 127, pár. X)

Esta posibilidad se transmitió al español y no es raro hallarla en los textos del siglo XIII. Veamos algunos ejemplos:

(7) Estonz el rey Nabucodonosor […] fizolos echar en el fuego del camino encendudo que era tanto encendudo mas que solie.

(8) Vio Balaam que plogo delant el Nuestro Sennor por bendezir a Israel, e non salio catar aguero cuemo

solie.

De ambas citas, procedentes de La fazienda de Ultramar (apud CORDE), se desprende que el verbo no llegó a gramaticalizarse por completo.

Curiosamente, no hemos encontrado en los textos analizados ni un solo caso del auxiliar en presente que mantuviese su significado léxico, por lo cual nos inclinamos a pensar que la gramaticalización se habría producido primero en la forma en presente y, a continuación, por extensión, en el auxiliar conjugado en imperfecto de indicativo. Sin embargo, como comprobarán en la cita que aparecerá a continuación, su carácter independiente volverá a la palestra dos siglos más tarde, siendo propio de los autores cultos. Este hecho nos lleva a la conclusión de que su empleo no es más que un calco morfológico del latín. En un próximo estudio presentaremos detalles, lo que permitirá comprobar esta hipótesis.

Sea como fuere, el verbo independiente soler en imperfecto subraya con frecuencia la duración de la acción en pasado (Świątkowska 1987):

(9) Et enuio luego dezir a los que tenien los Castiellos que diessen al Rey de Valencia aquellos derechos quel auien a dar assi como solien en otro tiempo

(EE, I)

(4)

Además, vale la pena añadir que las oraciones en las que hemos hallado soler como unidad independiente son subordinadas comparativas, de modo que cabe suponer que, mediante las formas en cuestión, se destaca también la intensidad de una acción en el pasado:

(10) Et enbiol dezir que si el querie seer sennor de valencia quel ayudasse el con quanto poder auie assy como solie (EE, I)

Asimismo, Yllera (1980: 201) afirma que soler podía constituir de una subordinada sustantiva <soler que + verbo finito>. No obstante, nuestra investigación permite observar que el empleo es propio tan sólo de los siglos XIV y XV:

(11) Yba apriesa al logar do el dizia que solia que era el paso (LibCaz, p. 591)

(12) Del rio que solia que non corria los sabados.

(Traducción del Mapa mundi de San Isidoro, del año 1467 apud.

CORDE)

A partir del siglo XIII, este verbo empieza a perder su autonomía, convirtién- dose en un auxiliar puro, es decir, que no desempeña el papel de verbo autónomo.

Lo comprobamos en nuestras pesquisas sobre el verboide en cuestión en la prosa alfonsí, donde se evidencia que su empleo como verbo autónomo disminuye paulatinamente. Así, pues, en la primera etapa de la prosa alfonsí hallamos un 36%, en la segunda un 25% y en la última tan sólo un 18% de los casos.

El largo proceso de la desemantización concluye a finales del siglo XVII, puesto que aún en los textos de la centuria anterior hallamos oraciones que en la actualidad serían agramaticales como: *yo suelo o *yo lo suelo.

Otra perífrasis propia del español medieval y clásico es <usar + infinitivo>:

(14) […] I ansí le usan dezir algunos por grazia de simpleza (Correas, G. Vocabulario de refranes y frases Proverbiales,

del año 1627)

Respecto a su etimología, no es derivativo del sustantivo uso, como indican los autores de DCECH, sino que proviene del verbo deponente USITOR:

(15) quod apud eos magnae sunt ferrariae atque omne genus cuniculorum notum atque usitatum est

(Caesar, Commentarii belli Gallici, p. 117, pár. II)

Queremos poner de relieve que la forma ya era poco habitual en el latín clásico porque no admitía todos los auxiliados; a saber: se permitían únicamente aquellos que se caracterizaban por la atelicidad y, –por lo tanto– desde el punto de vista morfológico, el auxiliado no podía ser compuesto, rasgo propio de las construc- ciones perifrásticas de esta índole.

Además de eso, su origen lo vemos –como que no– en la metonimia: USO POR HABILIDAD, base para la metáfora HABILIDAD ES FRECUENCIA.

(5)

Cabe agregar que del mismo verbo deponente desciende la construcción frecuentativa del inglés <to use to + infinitivo>.

Asimismo, a lo largo de la época medieval, podemos encontrar sus variantes

<usar a + infinitivo> y <usar de + infinitivo>, aunque ambas, según parece, tenían un uso restringido:

(16) Pero bien a y algunos que usan a iogar de los peones a tercera casa la primera uez. & esto es fasta que tomen ca depues no lo pueden fazer

(LibrAj)

(17) Et pora los Alaraues usauan de uenir guerrear

a Toledo e fazer le el mas mal que podien. poblo ell Arçobispo don Rodrigo el Castiello que dizen Miraglo.

(EE II)

Sobre el empleo de la preposición de, si nos fijamos en el ejemplo (18), veremos que el verbo usar regía sintagmas nominales con esta preposición, empleo que se traspasa a la construcción analizada.

(18) Mas pues que fue Juyz que non usaua de ser a Judgar.

njn dar Juicios. Mas usaua mas de armas. e de caualleria.

(EE I)

Por lo que concierne a la preposición a, creemos que su aparición se debe a la influencia de otras perífrasis medievales. De hecho, a lo largo de Edad Media, había un par de dobletes de diferentes perífrasis con un leve matiz significativo.

Así, en los textos de aquella época hallamos frecuentemente <deber + infinitivo>,

<deber a + infinitivo> y <deber de + infinitivo>2; <aver + infinitivo>, <aver a + infinitivo> y <aver de + infinitivo>; <ser a + infinitivo> y <ser de + infinitivo>. Por influencia de otras construcciones perifrásticas tenemos <usar + infinitivo>, <usar de + infinitivo> y <usar a + infinitivo>, lo que podemos observar en el esquema de abajo:

2 Pese a que <deber de + infinitivo> y <deber + infinitivo> constituyen dos perífrasis verbales de valor semántico distinto, observamos su neutralización desde los primeros textos de español que se da especialmente con el sujeto [+ humano]. Aún así, la RAE consi- dera la primera como construcción de conjetura, mientras que la segunda de obligación:

i) Juan debe de ser cantante.

ii) Juan debe ser cantante.

<haver de + infinitivo> → <haver a + infinitivo> → < haver + infinitivo>

↓↑ ↓↑ ↓↑

<ser de + infinitivo> → <ser a + infinitivo>→ <ser + infinitivo>

↓↑ ↓↑ ↓↑

<usar de + infinitivo> → < usar a + infinitivo> → < usar + infinitivo>

Esquema 1

(6)

Así, pues, puede que la tesis sostenida por Stausbaugh (1936) de que el español medieval tiene una gran afición por las construcciones analíticas fuese verosímil, aunque, desde nuestro punto de vista, la fluctuación entre los nexos dentro de la misma construcción puede expresar su falta de gramaticalización.

Ahora bien, la misma construcción mostrar un puro valor estilístico:

(19) Mas pues que fue Juyz que non usaua de ser a judgar.

njn dar Juyzios. Mas usaua mas de armas. e de caualleria (EE, II)

En el ejemplo (19) vemos que el auxiliar es sumamente flexivo; es decir, no aporta el rasgo de ‘frecuentatividad’, como en los ejemplos anteriores.

Ahora bien, pese a lo que supone Yllera, la perífrasis ahora en cuestión nunca fue tan frecuente como la anterior; de hecho, está en regresión a partir del siglo XIV y a partir del XVI no deja ni rastro.

Fijándonos bien en los textos donde aparece, podemos inclinarnos a pensar que no es más que un cultismo morfológico. Aparece en el siglo XIII, centuria en la cual –como es bien sabido– entran fórmulas latinas. Asimismo, en la línea de esta investigación observamos el porqué de su desaparición. Es archiconocido que los antiguos verbos deponentes (como USITOR → *USARE > usar) en el español medieval disponían de un particular comportamiento: formaban el pasado analítico con la ayuda del auxiliar ser, destacando obviamente el carácter perfectivo de la acción, el cual se opone claramente al carácter atélico del verbo frecuentativo, de ahí que tales formas (fui usado de fazer) formen parte de un repertorio más bien cerrado y de carácter marginal. Al proceder del verbo deponente, era intransitivo y, como tal, se comportaba en la Edad Media. Es la razón del empleo de los auxi- liares analizados. Aún así, no es raro hallar, especialmente en la prosa de los siglos XIII y XIV, construcciones de tipo: <es usado de + infinitivo> con el claro significado reflexivo, como en el siguiente ejemplo:

(20) ali do es usado e costupnado de plegar (DN del año 1299, apud CORDE)

Ahora bien, observen estos dos ejemplos que aparecen a continuación:

(21) E el prez de los Godos que se perdiera otro tiempo;

fuelo el cobrar tan bien en lides como en fazer eglesias e palacios e muchas aposturas en ellos. assi como dantigo usaran fazer los godos en Toledo

(EE I)

(21a) (…) porque ella a tal uertud que si la ponen a los ninnos quando nacen; son guardados de no auer la maseda. ni las otras enfermedades que les suelen acaecer quando los crian.

(Lap)

Con ellos queremos demostrar que la construcción <usar (de/a) + infinitivo>

era un término marcado semánticamente, porque, por ser intransitivo, admitía exclusivamente temas con rasgos [± humano, + animado], frente a soler en el que alternan rasgos [± humano, ± animado].

(7)

Así pues, por ser un cultismo morfológico y tener la mencionada particularidad sintáctico-semántica, no nos resulta extraño que la forma desapareciese. En la actualidad, nos queda la huella en un derivado: abusar de algo ‘usar excesiva- mente’.

Otra expresión de frecuencia en castellano medieval es <acostumbrar + infinitivo>. Según Kany (1994), seguido por Gómez Torrego (1999: 3378), en la actualidad únicamente se emplea en español meridional.

De acuerdo con Corominas y Pascual (1991), su origen es parasintético y pro- viene de *AD-CONSENTUTU-ARE (en CMC, v. 3309: Dirévos, Çid, costubres avedes tales) ‘tener la costumbre de’. Debido a la metáfora convencional COSTUMBRE ES FRECUENCIA DE USO, el significado pasa a expresar asiduidad, porque si tenemos costumbre de hacer algo, lo hacemos más a menudo.

Su carácter gramatical parece ser dudoso entre algunos investigadores.

García Fernández (2006: 78–82) y Gómez Torrego (1999: 3378) subrayan que no se debe confundir con la construcción reflexiva acostumbrase a, porque ésta, desde el punto de vista semántico y sintáctico, no presenta características propias de las expresiones perifrásticas, tales como la posibilidad de sustitución del infi- nitivo por la oración subordinada (No me acostumbro a vivir en Berlín → No me acostumbro a que vivamos en Berlín) y, por lo tanto, hay que interpretarla –más bien– como una locución con el significado ‘adquirir una determinada costumbre’.

Según los autores del Diccionario Crítico-Etimológico Castellano e Hispánico, el verbo autónomo aparece por primera vez en la segunda mitad del siglo XIII, datándose un siglo más tarde la construcción perifrástica:

(22) las gentes acostunbran dezir que matar omnes es justiçia, et yerran en ello mucho

(LibrEst, p. 399)

Igual que otras perífrasis analizadas antes, podemos encontrar el verboide con la función sumamente flexiva:

(23) E do a Pedro Diez, de suso dicho, en benefiçio, la otra quarta parte desa iglesia, con la otra meated de las cossas de suso dichas, saluo la renta del padro nalgo para el monastero de Piasca que hy acostumo aver

(DNS, nº 1837)

Esta perífrasis, junto a las demás, también presenta fluctuación de preposición.

De hecho, no es difícil encontrar la construcción con a o de, aunque, sin duda alguna, se utiliza más sin nexo:

(24) (…) tanto aprouecha si los acostumbra a fazer en

guisa que sean a seruiçio de Dios et a buena fama del mundo (LibrEst, p. 214)

(25) (…) asy commo acostunbran de fazer los omnes mortales poderosos por desonrra de todo el linaje

(López de Ayala: Caída príncipes, del año 1402, apud CORDE )

(8)

Asimismo, en la prosa del siglo XV podemos encontrar casos en los cuales el auxiliar acostumbrar se emplea junto a otro verbo de carácter frecuentativo.

A nuestro juicio, es un caso de iteración sinonímica, que puede emplearse para especificar el significado y como recurso retórico, dada la época:

(26) saluo aquel derecho e de aquellas cosas e en aquellos logares que en el dicho tiempo antiguo se solía e acostunbraua lleuar

(Anónimo, Carta de revocación del diezmo y medio diezmo de lo morisco, del año 1478, apud. CORDE)

En conclusión, tras haber estudiado las perífrasis verbales frecuentativas en la Edad Media y el Renacimiento no cabe duda de que formaban un grupo más rico en posibilidades expresivas que en la actualidad. En esa época encontramos formas que todavía vacilan en cuanto al empleo de nexo, característica de las expresiones que carecen de gramaticalización completa, la cual se produjo a finales del período analizado. Además de eso, encontramos acepciones que cayeron en desuso por problemas sintáctico-semánticos y, en consecuencia, su empleo tras la época clásica se acerca al actual.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barcelona A. (2003), Metaphor and Metonymy at the Crossroads. A Cognitive Perspective, Berlin: Mouton de Gruyer.

Corominas J. y Pascual J.A. (1980–1991), Diccionario crítico etimológico castellano e hispá- nico, Madrid: Gredos.

Cuervo R.J. (1994), Diccionario de régimen y construcción de la lengua castellana, Barcelona:

Herder.

Fernández de Castro F. (1999), Las perífrasis verbales en el español actual, Madrid: Gredos.

García Fernández L. (ed.) (2006), Diccionario de perífrasis verbales, Madrid: Gredos.

Gómez Torrego L. (1999), “Los verbos auxiliares. Las perífrasis verbales de infinitivo”, en:

I. Bosque, V. Demonte (dirs.), Gramática descriptiva de la lengua española, II, Madrid:

Espasa, 3323–3391.

Kany Ch.E. (1994), Sintaxis hispanoamericana, Madrid: Gredos.

Lakoff G. (1987), Women, Fire, and dangerous Things, Chicago: University of Chicago Press.

Real Academia Española, Banco de datos (CORDE) [en línea], Corpus diacrónico del español, página Web: www.rae.es [fecha de la consulta: 20 de diciembre de 2009].

Stausbaugh J.A. (1936), The Use of auer a and auer de as auxiliary verbs in Old Spanish from the earliest texts to the end of the thirteenth century, Chicago, University of Chicago Press.

Świątkowska M. (1987), L’imparfait en français moderne. Contribution à l’étude du temps et de l’aspect, Kraków: Uniwersytet Jagielloński.

Ureña I. (1978), “Sobre la gramaticalización del modal SOLER en textos de clerecía de los siglos XIII y XIV”, en: Estudios ofrecidos a Emilio Atracos Llorach, Vol. III, Oviedo, 313–

–336.

Yllera A. (1980), Sintaxis histórica del verbo español. Las perífrasis medievales, Zaragoza:

Universidad de Zaragoza.

Zieliński A. (2008), “Las expresiones de reiteratividad: su origen y gramaticalización en español medieval”, Studia Iberystyczne 7, 383–397.

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FUENTES

CMC = Anónimo [aprox.1140], Cantar de Mío Cid, ed. F. Rico (2000), Barcelona: Crítica.

DNS = Colección diplomática del monasterio de Sahagún, V [1200–1300], ed. de J.A. Fernán- dez Flórez (1994), León: Centro de Estudios e Investigación San Isidoro.

EE.1 = Alfonso X el Sabio [1270], Estoria de Espanna que fizo el muy noble rey don Alfonsso, fijo del rey don Fernando et de la reyna donna Beatriz, ed. P. Sánchez Prieto Borja (2002), Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá de Henares, edición paleográfica.

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Lap = Alfonso X el Sabio [h. 1250], Lapidario, ed. P. Sánchez-Prieto Borja (2003), Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá de Henares, edición paleográfica.

LibAj = Alfonso X el Sabio [1283], Libro de ajedrez, dados y tablas, ed. P. Sánchez-Prieto Borja (2003), Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá de Henares, edición paleográfica.

LibrCaz = Juan Manuel [h. 1337–1348], Libro de Caza, ed. J.M. Blecua (1981), Madrid:

Gredos.

LibrEst = Juan Manuel [1327–1332], Libro de Estado, ed. J.M. Blecua (1981), Madrid: Gredos.

Abstract

Verbal periphrasis of frequentivity:

its origins and grammaticalization in medieval and classical Spanish

The main aim of this paper is the analysis of the grammaticalization of the verbal periphrasis of frequentivity (perífrasis verbales frecuentativas) in medieval and classical Spanish. On the basis of the theory of metaphor and metonymy and the rich texts from that period (XII–XVII century), syntactic and pragmatic contexts have been investigated and examined, which may facilitate their desemantization and decategorization.

Streszczenie

Konstrukcje peryfrastyczne wyrażające częstotliwość:

ich pochodzenie i gramatykalizacja w średniowiecznym i klasycznym j. hiszpańskim Głównym celem tego artykułu jest ukazanie procesu gramatykalizacji konstrukcji peryfrastycz- nych wyrażających częstotliwość czynności (perífrasis verbales frecuentativas) w średniowiecznym i klasycznym języku hiszpańskim. Na podstawie współczesnej teorii metafory i metonimii oraz bogatego korpusu z XII–XVII wieku podjęto próbę analizy elementów składniowych i pragmatycz- nych ułatwiających desemantyzację i dekategoryzację tych opisowych konstrukcji czasowników.

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