• Nie Znaleziono Wyników

Causas de la disminución de la fecundidad en Cuba

W dokumencie CUBA: ¿quo vadis? (Stron 62-67)

De acuerdo con lo que hemos escrito arriba, en la historia demográfica mundial diferentes condiciones influían en el desarrollo de la fecundidad. Sin embargo, cada

4 Datos obtenidos de la página web de la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI), www.one.cu.

5 El número de habitantes corresponde al primer año indicado en las columnas de la tabla, o sea 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2010 y 2020.

país posee sus propios factores locales. En el esbozo de la historia demográfica de Cuba del siglo XX, están marcadas dos etapas importantes en las que el nivel de la fecundidad desempeñó un rol fundamental. El momento crucial de la división es el año 1959. Estos dos períodos se diferencian entre sí no solo por el ritmo de la disminución de la fecundidad, sino sobre todo por los factores que habían causado este fenómeno.

En la primer etapa, que abarca un poco más de la primera mitad del siglo XX, la cifra de los niños nacidos de una mujer en la edad de procreación bajó de 5,87 en 1907 a 3,76 en 1959, es decir, a lo largo de cincuenta años se redujo 2,1 puntos.

Muchas fueron las causas que ocasionaron este cambio. La primera, conforme con las tendencias mundiales, fue el acelerado desarrollo de las ciudades, que en el caso de Cuba se produjo de manera muy intensa desde la mitad del siglo XIX y que llevó a la concentración en las urbes más de la mitad de toda la población de la Isla (54%).

Paralelamente, se daba una fuerte oleada migratoria de Europa, la cual tuvo su impacto, al igual que la urbanización, en el cambio del modelo tradicional de la familia numerosa. Así mismo, mejoraban las condiciones de vida de los habitantes, especialmente en las ciudades, lo cual influía en la disminución de la tasa de defun-ciones, especialmente entre los niños y neonatos. En consecuencia, las mujeres se decidían, con más frecuencia, a tener menor número de sucesores y crear familias con dos hijos. Sin embargo, aun el modelo de la familia numerosa era más usual en el campo.

Otro factor – local – que en aquel entonces, probablemente, influyó en los cambios demográficos en Cuba fue la apertura y permisividad de la sociedad, la cual se manifestaba (y se manifiesta también hoy día) por medio de la tolerancia religiosa y política, y la gran actividad de logias masónicas. La influencia de la Iglesia Cató-lica en la política del país, en aquel momento, era reducida y tampoco profunda en cuanto a la vida privada de los cubanos. Las actividades eclesiásticas, más bien, eran identificadas con la dominación española.

Los cambios legislativos introducidos en la primera mitad del siglo XX, sin duda, aceleraron el decrecimiento de la fecundidad. El primer, y más importante, fue la ley del divorcio introducida todavía bajo la ocupación de EE.UU., a la cual los habitantes de la Isla recurrían con bastante frecuencia. Otro aspecto consistía en la liberalización del derecho al aborto en el año 1936, que desde entonces admitía la interrupción del embarazo en casos de riesgo para la madre, violación o posibilidad de que el feto presente enfermedades hereditarias graves. La anticon-cepción, basada en el uso de dispositivos intrauterinos, en la esterilización, coito interrumpido y abstinencia, era conocida y practicada desde los años 20 (Holler-bach, Díaz-Briquets, 1983). A  pesar de la conciencia de estas herramientas, el aborto se practicaba con frecuencia y la sociedad cubana lo aceptaba. Como motivos de tal comportamiento se deberían indicar tanto los condicionamientos históricos, relacionados con las prácticas abortivas entre la población esclava, como la

presen-cia de ideas liberales en la sociedad. Como buen ejemplo de las usanzas sopresen-ciales cubanas relacionadas a estas prácticas nos servirá citar las palabras de uno de los médicos cubanos – el ginecólogo Celestino Álvarez Lajonchere, quien describía de esta forma la Cuba pre-revolucionaria:

Yo no he podido saber quién introdujo el aborto aquí, nadie me ha ilustrado eso, no tengo idea, lo que sí sé, es que, cuando tenía seis años de edad, en el año 1923, yo ya sabía, viviendo en un pueblito pequeño del Escambray, que en Cienfuegos había una clínica que hacía abortos (…) el aborto era pagado, los que lo hacían en las clínicas lo hacían en sus casas, era privado, no era clandestino porque lo sabía todo el mundo, pero no estaba legalizado. (Benítez Pérez, 2011)

La segunda mitad del siglo XX, y más concretamente el año de 1959, trajo cambios políticos, sociales y económicos en Cuba cuyo impacto en el desarrollo demográfico y, sobre todo, en el número de nacimientos fue decisivo. En ese período, la sociedad cubana sufrió el bloqueo económico por parte de los Estados Unidos, la introducción del sistema de reglamentación de alimentos y productos industriales (también ropa y calzado), represiones políticas contra los adversarios del régimen revolucionario, nacionalización de las empresas, así como la reforma agraria que en gran medida eliminó la propiedad privada. Las nuevas condiciones de vida dieron como resultado cuatro oleadas de emigración (1959-62, 1964-72, 1980, 1991-2000), durante las cuales abandonó Cuba más de un millón de perso-nas, causando grandes carencias en la estructura poblacional de la Isla, por género y edad. Durante este segundo período de desarrollo demográfico de Cuba, la ten-dencia general a la disminución de la fecundidad se alteró por un corto tiempo, entre los años 1962 y 1965, cuando registró un fuerte aumento. Este período de baby boom (1962-1965), que se manifestó también en el aumento del crecimiento natural de un 20‰ a casi un 27‰, fue resultado de una serie de factores. Segura-mente, uno de ellos consistía en el ambiente de euforia, que reinaba en general entre los habitantes de la Isla después de la victoria de la revolución, síntoma característico también para los tiempos de posguerra en Europa. Otro factor, fue la ayuda social otorgada a la población por parte del gobierno revolucionario, la cual consistía en un amplio acceso a la vivienda, costos de alquiler rebajados, la introducción del acceso gratuito para todos los ciudadanos a los servicios médicos, la garantía del salario mínimo para todos los trabajadores, y también la redistribución de las remuneraciones, cuyos beneficiarios serían, a partir de ese momento, los más pobres y la clase media. Sin embargo, el factor que más influencia tuvo, probablemente, en el cambio de la tendencia del decrecimiento, que después se mantendría durante décadas, fue la situación económica, causada por el embargo estadounidense. En su efecto, la Isla y sus habitantes quedó privada de muchos productos manufactu-rados, como también de medicamentos (entre estos los anticonceptivos) y productos de aseo. Muchos de ellos eran importados desde los Estados Unidos o producidos en las fábricas en Cuba que dejaron de funcionar, a causa de la

nacio-nalización y salida de capital extranjero. Uno de los efectos indirectos, de la mencionada escasez de bienes, fue el aumento del número de nacimientos y, para-lelamente, el crecimiento de la cifra de abortos inducidos. Desgraciadamente, la situación económica de la Isla tuvo una gran influencia en el empeoramiento de las condiciones de los abortos, lo que causaba un aumento de la mortalidad de las mujeres. En los años 1962-65, hasta un tercio de todas las muertes registradas entre las madres estaba causado por el aborto inducido (Hollerbach, Díaz-Briquets, 1983). Este fenómeno se agudizó en efecto de una actitud muy rigurosa del gobierno revolucionario, en la primera fase de la revolución, hacia el cumplimiento de la ley de aborto. Sin embargo, observando el alcance de los abortos clandestinos y sus trágicas consecuencias se decidió, primero, despenalizar el aborto a finales del año 1961, y en el año 1965, obedeciendo a las indicaciones de la OMS – Organización Mundial de la Salud, se crearon las bases legales para realizar los abortos de forma gratuita y segura en los hospitales del país.

Tabla 5. Abortos inducidos en Cuba, 1968 – 2009.

aborto / año 1968 1970 1980 1986 1995 2005 2009

Número de abortos 28 485 70 521 103 974 160.926 83963 62530 84.687 Por cada 1000 mujeres

en edad 12-49 años 15,0 36,1 42,1 50,6 25,6 19,1 26,3

Por 100 nacimientos 11,0 31,9 76,1 96,6 59,3 51,5 64,9

Fuente: Datos según la publicación: Ministerio de Salud Pública. (2011). Salud en el Tiempo.

Los resultados de la liberalización de la ley no llevaron enseguida al aumento del número de abortos provocados. Se estima que, en los primeros años, después de la despenalización del aborto, la mayoría de los mismos correspondía a mujeres de mediana edad que usaban este método para prevenir los embarazos no deseados.

Al mismo tiempo, en el año 1968, los abortos constituían tan solo el 10% de todos los nacimientos. Los años siguientes trajeron el aumento del número de abortos, de 28,5 mil en el año 1968 hasta 70,5 mil en 1970. Tan solo en los primeros años de la vigencia de las nuevas leyes, el número medio de todos los abortos por mujer subió de 0,5 en 1968 a 2,1 en 1974 (Hollerbach, Díaz-Briquets, 1983). Este fenó-meno llegó a  su cumbre en el año 1986 cuando por cada 100 nacimientos se registraba 96 abortos inducidos.

La interrupción artificial del embarazo, sin duda, se convirtió en el anticoncep-tivo más aplicado por las cubanas, lo que influye no solo en el nivel de la fecundidad, sino también en la salud de las mujeres, causando a menudo su esterilidad. A partir de la mitad de los años ochenta del s. XX, el número de abortos está bajando consecuentemente. En el año 2009, fueron realizadas 84.687 interrupciones, lo

cual correspondía al 2,6%6 del total de las mujeres en edad reproductiva. A pesar de que el número de abortos hubiera disminuido el doble, en comparación con el año 1986, la mayoría de los demógrafos y médicos cubanos opinan que, este proceso no es consecuencia de una mayor concientización de la sociedad cubana, sino del uso más extendido de métodos menos invasivos, como la aspiración uterina – técnica reguladora del ciclo menstrual, o  la píldora del día después (Heredero, 2011).

Sin embargo, no se debería supervalorar la influencia de un solo factor, la des-penalización del aborto, en el (bajo) nivel de fecundidad en la Isla. Desde finales de los años sesenta, se registra una significativa reducción del número de nacimientos, con una dinámica especial hasta los principios de los años ochenta. Durante 20 años (1965-85), la tasa global de fecundidad bajó drásticamente, llegando al nivel de 1,85 niños por mujer, lo cual no garantiza el reemplazo generacional. Al mismo tiempo se redujo el tiempo del descenso de la fecundidad por un mismo valor de 2,1.

Al parecer, la complicada situación socio-económica y política del país tuvo influencia en la complejidad de condicionamientos que determinan el nivel de fecundidad, en la Cuba contemporánea.

Como ya lo habíamos mencionado, uno de los elementos que afecta la fecun-didad es la cosmovisión y también la actitud antinatalista de la sociedad cubana en general. El alto índice de divorcios es un factor más, que determina en cierto modo el nivel de fecundidad. En el año 2010, éste alcanzó 2,9 divorcios por 1000 habi-tantes (55,2 por 100 matrimonios), lo cual ubica a Cuba entre los países con valores mas elevados, como es el caso de los Estados Unidos, Rusia o Gran Bretaña.

Sin embargo, nos atrevemos afirmar que, el factor principal que frena el aumento de la fecundidad e influye en las decisiones de las mujeres respecto al número de descendientes, o simplemente, a la decisión de tener o no tener hijos, es la situación económica del país. Ésta sigue siendo muy difícil y de manera constante priva de la esperanza para el futuro, sobre todo a los jóvenes quienes desconfían en la posibilidad de vivir mejor o poder realizar sus sueños en la Isla. Ésta “visión negra” del futuro es consecuencia indirecta de un acceso limitado a ciertas comodidades básicas y productos de primera necesidad, que son imprescindibles a la hora de criar y educar hijos. Estos productos en su gran mayoría son asequibles tan solo por medio del peso convertible (CUC). Desde hace décadas la economía cubana se caracteriza por:

– alto déficit de viviendas,

– intervalos en el abastecimiento de electricidad y agua potable,

– acceso limitado a  los artículos para bebés y niños (pañales desechables, coches para bebés, productos cosméticos),

– acceso limitado a los productos alimenticios para niños (el Estado garantiza leche hasta los 7 años de edad),

6 Estimaciones de la autora segun datos de la CEPAL y ONEI.

– acceso limitado a los productos útiles escolares, – oferta limitada de ropa y calzado infantil.

W dokumencie CUBA: ¿quo vadis? (Stron 62-67)