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Constructores de la identidad, las ideas y el internacionalismo fraternal

W dokumencie CUBA: ¿quo vadis? (Stron 196-200)

El pensamiento y movimiento masónico cubano ha sido parte fundamental de la construcción de la nación cubana durante toda su historia, se caracterizan por estar mucho más visibles y activos en las épocas más álgidas y convulsas de la Isla.

Como bien nos lo afirma Dominique Soucy (2006) en su obra:

Al margen de las divisiones políticas y a veces incluso sociales, el pensamiento masónico-liberal, (…) ha alimentado continuamente las distintas opciones en torno al futuro cubano, en el contexto colo-nial, es decir en el reformismo, el independentismo, el anexionismo, el autonomismo y el conserva-durismo. (p. 25)

Como es característico de esta escuela iniciática y filosófica, sus fundamentales principios se basan en la tolerancia, el respeto a la libertad religiosa y política de sus miembros. Por lo cual, combinan dentro de sus misterios los personajes de las más diversas posturas en su vida profana.

Esto, sin duda alguna, facilitaría la organización institucional de la fraternidad en la colonia para que se fundase por primera vez, en el año de 1859, la obediencia masónica cubana. Lo cual no trajo en sí una estabilidad para la Orden, sobre todo por las guerras de independencia encabezadas por los mismos masones. Tales guerras produjeron la consecuencia de: encarcelamiento y exilio de muchos masones, así como el silencio de muchas Logias. Pero, a pesar de ello, el ideal de la libertad, igualdad y fraternidad los condujo a ser protagonistas fundamentales en la construcción de la nación, la identidad y el pensamiento cubano. Soucy nos dice al respecto que: “…de 1868 a 1895, la masonería cubana se organizó y ganó

iden-tidad propia definiéndose en el seno de la institución universal, pero también en el seno de la sociedad cubana” (2006, p. 27).

Hemos de aclarar que, la masonería estuvo presente en Cuba antes de 1859, por ejemplo, parafraseando a  Eusebio Leal Spengler y Joseph Gabriel Findel, el primero habla en sus escritos que, en la construcción del convento de San Francisco ubicado en la ciudad de La Habana, se pueden encontrar piedras con signos masó-nicos que datan de la primera mitad del siglo XVIII, correspondientes a  la masonería operativa2, mientras que el segundo nos relata en sus obras que, los primeros escritos históricos donde se hace referencia a la llegada o por lo menos permanencia de la masonería especulativa en Cuba, responde a los intereses impe-riales británicos. Por su parte, Torres Cuevas nos dice al respecto: “La gran Logia de Inglaterra designó ocho grandes maestros provinciales, entre los que se encon-traba uno para Cuba…” (2011, p. 74).

Es hasta la revolución en Haití que se dan los primeros registros oficiales de Logias masónicas en Cuba, integradas con numerosos franceses que salieron por el levantamiento de “Saint Domingue”, los talleres3 que llegaron fueron: “La Persé-vérancé, La Concordé, L’ Amitié y La Benefique Concordé” (Torres Cuevas, 2011, p. 76) (Rosillo, 2001, p. 45,). Para el 17 de diciembre de 1804, se da la primer carta constitutiva de la primer Logia fundada en el territorio cubano, llamada “Le Temple des Vertus Théologales” (Torres Cuevas, 2011, p. 76), la cual fue dirigida por el polémico Venerable Maestro Joseph Cerneau. “Le Temple des Vertus Théologales”

estuvo bajo la jurisdicción y auspicios de la Gran Logia de Pensilvania, la cual fue dirigida por el Gran Maestro George Washington en el año de 1785. Cerneu es reconocido por varios masones estadounidenses como el masón que más daño le hizo a la Orden en los Estados Unidos, pero a su vez otros lo reconocen como

“entusiasta y combativo hermano”4, además fue acusado por el gobernador de Cuba, Salvador del Muro, de poseer “un carácter revolucionario” (Torres Cuevas, 2011, p. 77), que va a definir el pensamiento de la masonería cubana.

2 Masonería operativa: se refiere a los masones que construían templos, catedrales, monasterios, los cuales esculpían cada piedra para hacerla cúbica y colocarla en la construcción, en sí son los constructores libres que conocían el oficio y arte para realizar las obras constructivas los cuales se agremiaban en las Logias, iban donde se necesitara sus servicios. Posteriormente, las Logias operativas permitieron el ingreso de destacados intelectuales, políticos, empresarios que por sus méritos y su carácter humanista aprendieran el arte de la construcción ya no materialmente, sino espiritualmente, lo que hace que la masonería se transforme de operativa a especulativa, por lo que se les llamó “aceptados”. Para el 24 de Junio de 1717, en Londres en la celebración del Solsticio de Verano las Logias operativas y especulativas acordaron dar el salto a conformarse como masonería especulativa y constituyeron la Gran Logia de Inglaterra como ente rector.

3 Taller, sitio donde se realizan los trabajos masónicos, por lo que se le entiende también como la Logia en plenitud de sus miembros reunidos.

4 Según Ponte en Torres Cuevas: 77, 2011.

Entre los masones iniciados en ésta primer Logia de Cuba se encuentra: Joaquín de Infante, el escritor de la primera Constitución de Cuba independiente, realizada en el año 1812. Como dato curioso, parafraseando a Torres Cuevas, sabemos que las calles de La Habana, Amistad, Virtudes y Concordia tomaron el nombre de los tres talleres que operaban en la época.

Con el retorno de Fernando VII al poder en España, la masonería es declarada como un delito en todo el Reino, lo cual hace que los trabajos de los talleres dismi-nuyan en su accionar mas público, pero se mantienen en una operación secreta. Así se despierta en la sociedad cubana un interés por afiliarse a la masonería. Para 1820 aparecen los primeros documentos de la instalación de una Logia basándose en el Rito York, el cual corresponde a las Logias suscritas a la obediencia de los Estados Unidos bajo la jurisdicción de la Gran Logia del Rito de York, Antigua y Aceptada con un pensamiento de carácter laico, patriótico y liberal. Por su parte surgen también Logias ligadas al Gran Oriente Español Americano del Rito Escocés de Antiguos Masones, Libres y Aceptados, con un pensamiento más conservador y proclive al catolicismo español.

Parafraseando a Soucy, la aparición de estas Logias Yorkinas en México y Cuba, probablemente responde a  las intenciones de los Estados Unidos de iniciar su expansión a estos territorios con su doctrina del destino manifiesto. Además, en el resto de América hispana se consideró que los masones Escoceses, Libres y Acep-tados bajo auspicios españoles “pertenecían a  sectores asociados a  los clérigos y aristócratas” (Soucy, 2006, p. 47). Desde México, “bajo las presidencias yorkinas”

(Rojas, 2011, p. 30) de los presidentes Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero se promovía la “idea separatista de Cuba” (Ibíd.). Por lo tanto, este puede ser el indi-cador que explica, porque de las tendencias de rivalidad masónica entre las Ordenes de la época, y que va ser un paliativo que permanecerá en la historia de la masone-ría y sociedad cubana hasta nuestros días, a saber, el debate entre laicos y clericales ó parafraseando a Rojas (2011), entre las Logias Yorkinas y Escocesas.

Así es como, a  los Yorkinos se les asoció “con el partido de los Criollos…”

(Torres Cuevas, 2011, p. 80), que en ese momento era muy fuerte ya que “La Gran Logia Yorkina contaba con 30 Logias” (Ibíd.) bajo su jurisdicción, mien-tras que Soucy afirma que eran “66 Logias, de las cuales 44% eran habaneras”

(2006, p. 43), el resto de Logias se distribuían entre La Gran Logia de Cuba y el Gran Oriente Territorial Español. Además de estos tres entes regulares, que tenían sus trabajos en la Isla, estaban los entes paramasónicos, que emulan los rituales de iniciación, pero que se dedican a  una función política y sobre todo a  la causa independentista y conspirativa, entre los que se encontraban “La Gran Legión del Águila Negra y los Caballeros racionales y Los Soles Rayos de Bolívar” (Rojas, 2012, p. 31), éstos actuaron de manera: “coordinada vincula-dos al movimiento bolivariano de la independencia latinoamericana” (Torres Cuevas, 2011, p. 82).

Según consta en documentos, la Logia paramasónica de los Soles Rayos de Bolívar fue fundada en Cuba por Vicente Rocafuerte (presidente de Ecuador independiente) y José Fernández de la Madrid (presidente de Colombia en su primer república). En esta sociedad figuró el masón “José Francisco Lemus quién redactó y presentó el primer boceto de la futura República Cubanacán5…” (Soucy, 2006, p. 74), donde se manifiesta el ideario liberal-masónico y que se basa en el sistema y movimiento hispano-americano, como nos afirma la autora “de ayuda mutua iniciado en la política de Simón Bolívar” (Ibíd.).

Rosillo Torrente nos dice que en 1824 “se prohíben las reuniones masónicas bajo la pena de muerte” (2001, p. 45) además, como ya lo mencionamos en el apartado anterior, la gran división existente en tres grandes Logias hace que desa-parezcan registros de la actividad masónica hasta 1857. Con la aparición del movimiento reformista, a  finales de los años cincuenta, la masonería reaparece públicamente con la Logia Fraternidad no.1 y Prudencia no. 2, ambas en el Oriente de la Isla (Santiago de Cuba). Dos años después se funda la Logia San Andrés no.

3, por lo cual desde el punto de vista masónico se les permite “constituirse en la Gran Logia de Colón” (Torres Cuevas, 2011, p. 85).

Como nos lo relatan varios autores, para 1862 la masonería sufre una nueva división con la fundación del Gran Oriente de Cuba y las Antillas la cual va ha tener un “carácter esencialmente patriótico, ético, y de reforma social” (Torres Cuevas, 2011, p.  87), (Soucy, 2006, p. 27). De Este Gran Oriente surgen los masones que plantean la realización de la Guerra de los Diez Años. Todos sus miembros dedicarán su vida a la causa independentista. Es precisamente a este taller que pertenece Carlos Manuel de Céspedes, que desde su ingenio se levantará en armas para dar el grito de “Cuba Libre en Yara, iniciando la lucha” (Rosillo Torrente, 2001, p. 46). En la guerra consta que muchas de “las contraseñas usadas por las fuerzas Mambisas son textos de las liturgias masónicas” (Torres Cuevas, 2011, p.

89), del Gran Oriente de Cuba y las Antillas6 e igualmente usadas por los Soles Rayos de Bolívar (Soucy, 2006, p. 75). El 24 de noviembre de 1876, se firmó “el tratado de paz y amistad7 entre el Supremo Consejo de la Gran Logia de Colón y la Gran Logia de Masones Libres y Aceptados, para constituir la Gran Logia de Cuba en el año de 1881” (Rosillo Torrente, 2001, p. 46) (Torres Cuevas, 2011, p. 92). Es en esta misma época que surge el partido político de los liberales: los autonomistas y los independentistas, ambos con una gran presencia de los cuerpos

5 Lemus actúo además en el ejército Libertador de Colombia ya que la Logia Soles Rayos de Bolívar se caracteriza por ser la expresión continental contra el imperio español. En esta Logia se “inició el primer poeta revolucionario de Cuba, José María de Heredia”… (Vitale, 1999, p. 41)

6 Reconocida como la G:.O:.C:.A:.

7 Dentro de lo acordado es que la Gran Logia de Cuba rigiera la masonería azul o simbólica desde el primer grado hasta el tercer grado y el Supremo Consejo los altos grado filosóficos desde el cuarto grado hasta el grado treinta y tres.

masónicos, frente al partido de los conservadores de corte anexionista. Muchos de los independentistas que vivieron en el exilio post Guerra de los Diez Años, regu-larizaron sus grados en los países que los acogieron y desde allí operaban para la creación y preparación del movimiento independentista de 18958. Un ejemplo de esto es el caso de Antonio Maceo y Grajales, quien recibió la colaboración de los masones en Costa Rica e instaló un ingenio, fundando el pueblo llamado Mansión, donde junto a otros masones cubanos y miembros de las fuerzas mambises prepa-raron la insurrección cubana de finales del siglo XIX.

Foto 1. Monumento. Antonio Maceo y Grajales. (Autor: Óscar Barboza L.). Monumento en con-memoración del centenario de la Muerte de Antonio Maceo (el Titán de Bronce). En el Parque Antonio Maceo en Mansión, distrito segundo del Cantón de Nicoya en Guanacaste, Costa Rica.

Este fue hecho con piezas del ingenio que Maceo fundó. Nótese los dos machetes que recuerdan el escudo de los Mambises.

Así fue como mediante el contrato No. VIII de 13 de mayo de 1891, el cual trata sobre la fundación de una colonia en el cantón de Nicoya en Guanacaste (Costa Rica), y fue firmado en el Despacho de Fomento por el secretario de Estado

8 Importante destacar la participación del masón y Mayor General del ejército Libertador de Cuba el polaco Carlos Roloff Mialosky, quien fuese además el fundador de la Logia masónica San Juan de Cuba.

W dokumencie CUBA: ¿quo vadis? (Stron 196-200)